Discurso: 5 de julio de 2003


<Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos días.

Cada Cuatro de Julio sentimos especial orgullo en la primera generación de americanos - los hombres y mujeres que libraron una lucha desesperada por vencer a la tiranía y vivir en libertad. Siglos más tarde, es difícil imaginar que la Guerra Revolucionaria hubiese tenido cualquier otro desenlace. Sin embargo, la victoria estaba lejos de ser segura, y fue lograda a un gran costo.

Seis años pasaron desde el enfrentamiento en el Puente de Concord hasta la victoria en Yorktown - seis años de lucha y penurias para los patriotas americanos. A través de su valentía y su perseverancia, las colonias se convirtieron en un país. Esa tierra de 13 estados y menos de cuatro millones de personas creció y prosperó. Y hoy en día, todo aquel que vive bajo la tiranía, y todo aquel que anhela la libertad, coloca sus esperanzas en los Estados Unidos de América.

Durante más de dos siglos, los estadounidenses han sido llamados a servir y a sacrificar en nombre de los ideales por los cuales nuestro país fue fundado. Y los hombres y las mujeres de nuestras fuerzas armadas nunca nos han fallado. Han dejado muchos monumentos en el camino - una unión indivisible. una Europa liberada. el surgimiento de la democracia en Asia. y la derrota de un imperio malvado. Millones de personas en todo el mundo hoy en día son libres debido a la valentía desinteresada de los veteranos de Estados Unidos.

La actual generación de nuestras fuerzas militares está enfrentando las amenazas de una nueva era, y luchando nuevas batallas en la guerra contra el terror. Miembros de cada rama del servicio, y miles de miembros de las guardas y de las reservas llamados a servicio activo, han llevado a cabo sus misiones con toda la habilidad y el honor que esperamos de ellos.

Esta nación está muy agradecida a nuestros hombres y mujeres en uniforme.

En este fin de semana del Cuatro de Julio también recordamos a los estadounidenses valientes que perdimos en Afganistán y en Irak. Honramos a cada uno de ellos por su valor y sacrificio. Pensamos en las familias que tanto los extrañan. Y estamos agradecidos de que esta Nación produce hombres y mujeres tan excepcionales, que están dispuestos a defendernos a todos nosotros.

En estos momentos, muchos siguen sirviendo, sacrificando y enfrentando peligro en lugares lejanos. Muchas familias militares aún están separadas. Nuestros uniformados no tienen un servicio fácil - y mucho depende de sus éxitos. Sin la participación activa de Estados Unidos en el mundo, las ambiciones de tiranos no encontrarían oposición. y millones vivirían a la merced de terroristas. Con Estados Unidos activamente involucrado en el mundo, los tiranos han aprendido a temer. y los terroristas están a la fuga.

Esta Nación está actuando para defender nuestra seguridad - sin embargo nuestra misión en el mundo es más amplia. La Declaración de Independencia contiene una promesa para toda la humanidad. Ya que los estadounidenses creemos que la libertad es un derecho inajenable, valoramos la libertad de toda nación. Ya que estamos comprometidos al valor de cada vida como un don de Dios, trabajamos por la dignidad humana en todas partes del mundo. Protegemos a nuestros amigos - y logramos hacer amigos de nuestros antiguos enemigos. Llevamos alimentos y alivio contra desastres a los países del mundo en momentos de crisis. Y en el África, donde iré la próxima semana, los Estados Unidos de América está encabezando el esfuerzo de luchar contra el SIDA, y salvar la vida de millones con el poder curativo de la medicina. Así como nuestros enemigos están apreciando la fuerza de voluntad de Estados Unidos, la gente en todo el mundo está viendo el corazón bueno y generoso de Estados Unidos.

Como ciudadanos de esta Nación bondadosa, todos podemos estar orgullosos de nuestro patrimonio y confiados de nuestro futuro. Los ideales del 4 de Julio 1776 aún se dirigen a toda la humanidad - y continúa la revolución que fue declarada en ese día. Al celebrar la independencia en el 2003, aún ponemos nuestra confianza en la Divina Providencia. Aún comprometemos nuestras vidas y nuestro honor a la defensa de la libertad. Y siempre creeremos que la libertad es la esperanza y el futuro de todo país.

Que Dios siga bendiciendo a los Estados Unidos de América.

Gracias por escuchar.


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