Discurso: 3 de septiembre de 2005


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Buenos Días.

Ayer presencié las consecuencias de uno de los peores desastres naturales que jamás haya golpeado a Estados Unidos. Un gran litoral de pueblos y comunidades están arrasados; una de nuestras grandes ciudades está sumergida. Los costos humanos son incalculables.

En Biloxi conocí a Bronwynne Bassier y su hermana Kim. Brownwynne me dijo que lo único que tenía en el mundo era la ropa que llevaba puesta.

También conocí a trabajadores de auxilio y rescate que se están desempeñando con heroísmo en circunstancias difíciles. Han estado trabajando las veinticuatro horas, arriesgando sus propias vidas para salvar la vida de otros. Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, la magnitud de responder a una crisis en un área devastada que es más grande en tamaño que Gran Bretaña ha creado tremendos problemas que han puesto a prueba las capacidades estatales y locales. El resultado es que muchos ciudadanos simplemente no están recibiendo la ayuda que necesitan, especialmente en Nueva Orleáns. Y eso es inaceptable.

Durante mi visita, discutí largamente estos problemas con el Gobernador Riley de Alabama, la Gobernadora Blanco de Louisiana, el Gobernador Barbour de Mississippi y el Alcalde Nagin de Nueva Orleáns. Cada estado tendrá sus propios desafíos y problemas que resolver. Sin embargo, todos estamos de acuerdo que se puede hacer más para mejorar nuestra capacidad de reestablecer el orden y entregar auxilio a tiempo y de manera eficaz.

Esta mañana fui informado sobre los últimos acontecimientos en el terreno. Actualmente hay más de 21,000 tropas de la Guardia Nacional operando en Louisiana y Mississippi y más están por llegar. Más de 13,000 de estás tropas se encuentran en Louisiana. La principal prioridad es reestablecer y mantener el orden público y ayudar en los esfuerzos de rescate y evacuación. Además de estas fuerzas de la Guardia Nacional, el Departamento de Defensa ha destacado a más de 4,000 fuerzas en servicio activo para ayudar en la búsqueda y rescate y proporcionar apoyo logístico y médico. Hora tras hora la situación en el terreno está mejorando. Sin embargo, la enormidad de la tarea requiere más recursos y más tropas.

Hoy ordené al Departamento de Defensa que destacara más fuerzas en servicio activo a la región. En las próximas 24 a 72 horas, más de 7,000 tropas adicionales de la Unidad de Aerotransporte No. 82.de la Primera Unidad de Caballería, del Primer Cuerpo Expedicionario de la Infantería de Marina. y del Segundo Cuerpo Expedicionario de la Infantería de Marina llegarán a las zonas afectadas. Estas fuerzas estarán en el terreno y operando bajo el comando directo del General Russ Honore.

Nuestras prioridades son claras: terminaremos la evacuación lo más rápido posible y de la manera más segura. No dejaremos que criminales se aprovechen de personas vulnerables. Y no permitiremos que la burocracia se interponga a los esfuerzos de salvar vidas.

Ayer también sancioné un paquete de ayuda de emergencia de $10.5 mil millones para financiar nuestros esfuerzos de recuperación. Esto es una cuota inicial en lo que será un compromiso federal sostenido hacia nuestros conciudadanos a lo largo de la Costa del Golfo. Quiero agradecer al Congreso por su rápida acción bipartita y espero trabajar con ellos en los días y las semanas por venir.

Sé que aquellos de ustedes que han sido golpeados duramente por Katrina están sufriendo. Muchos están enojados y desesperados por ayuda. Las tareas que tenemos por delante son enormes - pero también lo es el corazón de Estados Unidos. En Estados Unidos, no abandonamos a nuestros conciudadanos en su hora de necesidad, y el gobierno federal pondrá de su parte. Cuando nuestra respuesta no funcione, la corregiremos. Cuando nuestra respuesta funcione, la duplicaremos. Tenemos una responsabilidad hacia nuestros hermanos y hermanas a lo largo de la Costa del Golfo - y no descansaremos hasta que lo hagamos bien y la tarea se haya logrado.

Esta semana todos hemos sido abatidos por la fuerza imponente de la naturaleza. Y al estar en las escaleras de un porche donde una vez hubo una casa, o mirar a fila tras fila de edificios completamente sumergidos, es difícil imaginarse un futuro brillante. Pero al conversar con las personas orgullosas de esta zona, también se puede apreciar un espíritu inquebrantable.

La emergencia en la Costa del Golfo está presente. Todavía queda mucho trabajo difícil por realizar. Todos los estadounidenses pueden estar seguros de que nuestra Nación tiene el carácter, los recursos y la determinación para superar este desastre. Daremos consuelo y cuidado a las víctimas. Reconstruiremos los pueblos y las vecindades que se han perdido en Louisiana, Mississippi y Alabama. Reconstruiremos la gran ciudad de Nueva Orleáns. Y una vez más mostraremos que las peores adversidades hacen resaltar lo mejor de los estadounidenses.

Que Dios los bendiga y que siga bendiciendo a nuestro país.


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