Discurso: 30 de abril de 2005


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Buenos Días. La semana pasada me dirigí a la Nación para hablar sobre los desafíos que enfrenta el Seguro Social. El sistema del Seguro Social creado por Franklin Roosevelt fue un gran éxito moral del siglo 20. Proporcionó una red de seguridad que aseguró la dignidad y la paz espiritual a millones de estadounidenses retirados. Sin embargo, hoy existe un agujero en la red de seguridad para los trabajadores más jóvenes porque el Congreso ha hecho promesas que no puede cumplir. Tenemos un deber de salvar y fortalecer el Seguro Social para nuestros hijos y nuestros nietos.

La próxima semana iré a Mississippi para seguir discutiendo maneras de poner al Seguro Social sobre el camino hacia la solvencia permanente. Continuaré asegurando a los estadounidenses que algunas partes del Seguro Social no cambiarán - las personas mayores y las personas con incapacidades seguirán recibiendo sus cheques, y todos los estadounidenses nacidos antes de 1950 también recibirán sus beneficios completos. Dejaré muy en claro que al arreglar el Seguro Social, tenemos el deber de encaminar ayuda adicional hacia los más necesitados - y hacer que el Seguro Social sea más beneficioso para los trabajadores más jóvenes.

Hemos entrado a una fase nueva en esta discusión. A medida que los miembros del Congreso empiecen a formular legislación sobre el Seguro Social, deben perseguir tres metas importantes.

Primero, yo entiendo que millones de estadounidenses dependen de sus cheques del Seguro Social como su principal fuente de ingresos de retiro - de modo que debemos mantener esta promesa para los futuros retirados también. En el interés de la equidad, las generaciones futuras deberán recibir beneficios iguales o mayores a los que reciben las personas mayores actuales.

Segundo, considero que un sistema reformado deberá proteger a aquellos que dependen más del Seguro Social. De modo que en el futuro, los beneficios para trabajadores de ingresos más bajos deben crecer a un ritmo mayor que los beneficios para las personas de mejor situación económica. Al proporcionar beneficios más generosos para jubilados de bajos ingresos, estaremos cumpliendo con este compromiso: si usted trabaja duro y contribuye al Seguro Social toda su vida, su retiro no será uno de pobreza.

Esta reforma resolvería la mayoría de los problemas de financiamiento que enfrenta el Seguro Social. Una variedad de opciones están disponibles para resolver el resto del problema - y yo trabajaré con el Congreso sobre cualquier propuesta hecha en buena fe que no aumente la tasa de impuestos salariales ni perjudique a nuestra economía.

Tercero, cualquier reforma del Seguro Social debe remplazar con dinero verdadero las promesas vacías que se están haciendo a los trabajadores más jóvenes. Yo creo que la mejor manera de lograr este objetivo es dando a los trabajadores más jóvenes la opción de poner una porción de sus impuestos salariales en una cuenta personal de jubilación voluntaria. Ya que este dinero se ahorra y se invierte, los trabajadores más jóvenes tendrían la oportunidad de recibir una mayor tasa de rendimiento por su dinero que la que puede ofrecer el actual sistema de Seguro Social.

Algunos estadounidenses tienen reservas en cuanto a invertir en los mercados ya que quieren un rendimiento garantizado contra su dinero. De modo que una opción de inversión debería consistir enteramente de bonos del Tesoro, con la garantía solidaria del Gobierno de Estados Unidos. Opciones como ésta harán de las cuentas personales de jubilación voluntarias una inversión segura que le permitirá construir una reserva para casos de necesidad que usted podrá dejar a sus seres queridos.

En los días y semanas por delante, trabajaré para construir sobre la base del progreso que logremos en las discusiones sobre el Seguro Social. Los estadounidenses de todas las edades están comenzando a ver al Seguro Social de una nueva manera. En lugar de preguntar si el sistema tiene un problema, están preguntando cuándo sus líderes lo van a arreglar. Arreglar el Seguro Social debe ser un esfuerzo bipartito, y estoy dispuesto a escuchar buenas ideas de cualquiera de los dos partidos. Confío que trabajando juntos, encontraremos una solución que renovará la promesa del Seguro Social para el siglo 21.

Gracias por escuchar.


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