Discurso: 2 de noviembre de 2002


<Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos días.

Las cortes federales desempeñan una función central en el sistema de justicia de Estados Unidos: proteger a los inocentes, castigar a los culpables y mantener el imperio de la ley. Sin embargo, nuestras cortes federales actualmente se encuentran en crisis. El proceso de confirmación de jueces no funciona como debería. A menudo, se trata mal a los candidatos. Se retrasan los votos. Se deniegan las audiencias. Y docenas de tribunales federales permanecen vacantes, lo cual pone en peligro la calidad de la justicia en Estados Unidos.

Desde que asumí el cargo, he remitido al Senado 32 candidatos a los tribunales federales de apelaciones. Estos candidatos son hombres y mujeres con experiencia, inteligencia, carácter y apoyo bipartito en sus estados. Representan la corriente principal del derecho y los valores de Estados Unidos. Sin embargo, el Senado ha confirmado solamente a

14 de estos 32 candidatos. Hasta esta semana, 15 de mis candidatos a la corte de apelaciones han sido forzados a esperar una audiencia durante más de un año, lo cual es mucho más que durante las nueve presidencias previas en conjunto.

No existe una razón válida por la cual un candidato deba aguantar un año, un año y medio, sin la cortesía de un voto a favor o en contra. Cualquiera sea la explicación, claramente existe un ambiente tóxico en el cual candidatos muy calificados no son ni aprobados ni rechazados. Simplemente se les deja en un limbo. Si esta situación continúa y no se llenan las vacantes judiciales, las cortes federales no podrán desempeñarse puntualmente para hacer cumplir las leyes penales, ambientales y sobre los derechos civiles que afectan las vidas de todos los estadounidenses.

La crisis judicial es el resultado de un sistema que no está funcionando y tenemos el deber de repararlo. Quiero colaborar con el Senado para crear una nueva estrategia para llenar las vacantes en las cortes federales, una estrategia bipartita que se aplicaría ahora y en el futuro. Esta semana, ofrecí cuatro propuestas para poner fin al estancamiento en Washington y hacer que las cortes federales recobren su plena fuerza.

Primero, les pedí a los jueces federales que notificaran al Presidente de su intención de jubilarse por lo menos un año por adelantado, cuandoquiera posible. Ya que la designación y confirmación de un juez federal es un proceso largo, los jueces que se retiren sin notificarlo por adelantado pueden crear involuntariamente una vacante que dure muchos meses.

Segundo, propuse que los Presidentes presenten un nombramiento al Senado dentro de los 180 días posteriores a que sean notificados de una vacante en las cortes federales o una jubilación deseada. Esto continuará pero acelerará el proceso de obtener recomendaciones y evaluaciones de Senadores de sus estados y otros, a la vez que da tiempo suficiente para que los Presidentes escojan candidatos de la más alta calidad.

Tercero, le pedí al Comité Judicial del Senado que se comprometa a celebrar las audiencias dentro de los 90 días posteriores a que reciban una designación. Un plazo firme es la mejor manera de garantizar que los candidatos a juez sean considerados prontamente. Y 90 días es más que suficiente tiempo para que el Comité conduzca las investigaciones necesarias antes de celebrar una audiencia, como lo han reconocido Senadores demócratas en el pasado.

Finalmente, hice un llamado a todo el Senado a que se comprometa a votar en pleno de una manera u otra sobre cada candidato a más tardar 180 días después que se presente su designación. Este es un periodo muy generoso que permitirá que todos los Senadores evalúen a los candidatos y dejen oír sus voces.

Mis propuestas son justas para todas las partes y se aplicarían sin importar quién es Presidente o cuál partido controle el Senado.

La situación actual no es simplemente otra rueda de debates políticos. Es una falta perturbadora de cumplir una responsabilidad según la Constitución y está perjudicando la administración de la justicia en Estados Unidos. Nuestro país se merece más. El proceso puede funcionar mejor y podemos hacer que funcione mejor. La Constitución nos ha dado un deber compartido y debemos cumplir ese deber juntos.

Gracias por escuchar.



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