Discurso: 28 de mayo de 2005


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Buenos Días. Este fin de semana de Conmemoración a los Caídos, los estadounidenses rinden homenaje a aquellos que dieron sus vidas en el servicio de nuestra Nación. Al honrar a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas que han muerto por nuestra libertad, también honramos a aquellos que hoy en día están defendiendo nuestras libertades.

El viernes me reuní con algunos de los valientes hombres y mujeres que pronto tomarán su lugar en la defensa de nuestra libertad - la clase que se acaba de graduar de la Academia Naval de los Estados Unidos. Estos nuevos oficiales pronto estarán sirviendo a borde de buques, volando misiones de combate y encabezando a nuestras tropas en batalla contra enemigos peligrosos. Están preparados para los desafíos por delante - moral, mental y físicamente. El pueblo de Estados Unidos puede estar confiado de que su libertad está en buenas manos.

Nuestros ciudadanos viven libres porque hay patriotas dispuestos a servir y sacrificar por nuestra libertad. Y el lunes colocaré una corona en el Cementerio Nacional de Arlington en honor de aquellos que han hecho el sacrificio máximo. Este año marcamos el sexagésimo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial - una victoria para la libertad en la cual más de 400,000 estadounidenses dieron sus vidas. Hoy una nueva generación de estadounidenses está haciendo su propio sacrificio en nombre de la paz y de la libertad - y algunos han dado sus vidas.

En sus ciudades de origen, estos soldados, marineros, aviadores e Infantes de Marina son más que nombres en una nómina de honor. Fueron amigos y vecinos, profesores y entrenadores, compañeros de clase y colegas.

Cada uno fue la persona más importante en la vida de alguien. cada uno tenía esperanzas para el futuro. y cada uno ha dejado un lugar que nunca podrá ser llenado.

Lamentamos su pérdida, y honramos su sacrificio. Rezamos por sus familias. Y nos consolamos sabiendo que estos hombres y mujeres creyeron profundamente en aquello por lo cual luchaban. Christopher Swisher era un sargento de estado mayor de Lincoln, Nebraska, que ingresó al Ejército un año después de graduarse de la secundaria. Murió en una emboscada mientras estaba de patrulla en Bagdad. El Sargento Swisher les dijo a sus seres queridos: "Si algo me pasa, estoy haciendo lo que quiero estar haciendo - estoy protegiendo a mi familia y a mi hogar".

Rafael Peralta también entendió que Estados Unidos enfrenta a enemigos peligrosos - y sabía que para derrotarlos eran necesario sacrificios. Un inmigrante de México, ingresó en el Cuerpo de Infantería de Marina el día después de obtener su tarjeta verde. Justo antes de la batalla de Fallujah, le escribió a su hermano de 14 años: "Vamos a derrotar a los insurgentes. Se orgulloso de mí, voy a hacer historia y hacer algo que siempre he querido hacer". A los pocos días el Sargento Peralta dio su vida para salvar a unos compañeros infantes de marina.

Este Día de Conmemoración a los Caídos, recordamos al Sargento Peralta, al Sargento Swisher, y a todos que han dado sus vidas por nuestra Nación. Y los honramos a medida que seguimos luchando la guerra contra el terror y difundimos la libertad a lo largo del mundo. Los pueblos de Irak y Afganistán están determinados a lograr su libertad - y nosotros les ayudaremos. Estamos entrenando a fuerzas iraquíes y afganas para que puedan luchar contra su enemigo y defender a sus propios países - y entonces nuestras tropas regresarán a casa con el honor que se han merecido.

En el transcurso de nuestra historia, Estados Unidos ha luchado no para conquistar sino para liberar. Vamos a la guerra con renuencia, ya que conocemos el alto costo de la guerra. Aquellos que han dado sus vidas para defender a Estados Unidos tienen el respeto y la gratitud de toda nuestra nación.

Gracias por escuchar.


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