Discurso: 26 de julio de 2008


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Buenos Días.
Esta semana el Congreso aprobó la expansión de un programa vital que está salvando vidas en todo el mundo en vías de desarrollo – el Plan de Emergencia para Alivio del SIDA también conocido como PEPFAR. Agradezco a los miembros del Congreso de ambos partidos el haber trabajado con mi Administración para aprobar este importante proyecto de ley – y estaré honrado de firmarlo como ley la semana próxima.
PEPFAR es la iniciativa internacional de salud más grande dedicada a luchar contra una sola enfermedad en toda la historia. Y es un testamento a la compasión y generosidad extraordinarias del pueblo estadounidense. Cuando lanzamos este programa hace cinco años y medio, el azote del VIH/SIDA había ensombrecido todo el continente africano. Sólo 50,000 personas con SIDA en África al sur del Sahara recibían tratamiento antiretroviral. Hoy en día, PEPFAR apoya el tratamiento para cerca de 1.7 millones de personas en la región. PEPFAR ha permitido que casi 200,000 bebés africanos nazcan sin VIH. Y este programa está trayendo esperanza a un continente con una necesidad desesperada.
La nueva legislación que yo sancionaré la próxima semana se apoyará en este progreso. Ampliaremos el acceso a drogas antiretroviral que salvan vidas. Ayudaremos a evitar que ocurran millones de nuevas infecciones VIH. Y también reforzaremos nuestros esfuerzos para ayudar a naciones en vías de desarrollo a combatir otras enfermedades devastadoras como la malaria y la tuberculosis.
Combatir las enfermedades es una parte del compromiso más amplio de Estados Unidos de ayudar a las naciones que luchan por construir futuros más optimistas de libertad. En los últimos siete años hemos aprendido cómo el avanzar la causa de la libertad requiere combatir la desesperación. Esto es porque la única forma en que los enemigos de la libertad pueden atraer nuevos reclutas a su oscura ideología es explotando la angustia y la desesperación. Por lo tanto, al ayudar a las naciones que luchan por lograr la libertad contra las enfermedades mediante programas como PEPFAR, también debemos ayudarlas a lograr la libertad contra la corrupción… la libertad contra la pobreza… la libertad contra el hambre… y la libertad contra la tiranía. Y eso es exactamente lo que estamos haciendo.
Estados Unidos está usando su asistencia extranjera para promover la democracia y el buen gobierno. Hemos más que duplicado el presupuesto federal para la democracia, el gobierno, y programas de derechos humanos. Y a través de la Cuenta de Desafío del Milenio, hemos transformado la manera en que entregamos ayuda – de modo que podamos apoyar a naciones en vías de desarrollo que llevan a cabo importantes reformas políticas y económicas.
Estados Unidos está promoviendo el libre comercio y la inversión abierta. A largo plazo, sabemos que el comercio y la inversión son las mejores maneras de luchar contra la pobreza y construir sociedades fuertes y prósperas. Por lo tanto hemos ampliado la Ley sobre Crecimiento y Oportunidad en África para aumentar el comercio entre Estados Unidos y África. Hemos puesto en vigor once nuevos acuerdos de libre comercio desde el 2001. Y nos estamos esforzando para que este año el mundo complete un ambicioso acuerdo de la Rueda de Doha – para poder desmantelar barreras al comercio y la inversión alrededor del mundo.
Estados Unidos está encabezando la lucha contra el hambre global. Este año, Estados Unidos ha proporcionado más de 1.8 mil millones de dólares en nuevos fondos para apoyar la seguridad alimenticia global. Somos el mayor proveedor de ayuda alimenticia en el mundo – y hemos propuesto legislación para transformar la manera en que entregamos esta ayuda a fin de promover mayor auto-dependencia en las naciones en vías de desarrollo.
Estados Unidos está encabezando la causa de los derechos humanos. En los últimos siete años hemos hablado contra abusos de derechos humanos por regímenes tiránicos como los de Irán y Siria, Cuba y Zimbabwe. Hemos hablado con franqueza sobre los derechos humanos con naciones con las cuales Estados Unidos tiene buenas relaciones tales como Egipto, Arabia Saudita y China. Y para asegurar que nuestra Nación siga hablando por aquellos que no tienen otra voz, recientemente promulgué una directiva dando instrucciones a todos los oficiales superiores estadounidenses sirviendo en países no-democráticos que mantengan contacto regular con disidentes políticos y activistas democráticos.
Con todos estos pasos estamos ayudando a derrotar las fuerzas del extremismo violento ofreciendo una visión más optimista de la libertad. Y a medida que esta visión eche raíces en más naciones alrededor del mundo, Estados Unidos será más seguro aquí en casa.
Gracias por escuchar.


Este documento pertenece al Gobierno de los Estados Unidos de América y se encuentra en dominio público.