Discurso: 25 de octubre de 2008
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Buenos Días.
Estadounidenses de todas las profesiones y condiciones sociales siguen sintiendo los efectos de la crisis financiera. En las últimas semanas, inquietudes sobre la disponibilidad de crédito, de la seguridad de bienes financieros y de la volatilidad del mercado de valores han hecho que muchas familias estén justificadamente preocupadas sobre su futuro económico.
El gobierno federal ha tomado acción audaz para estabilizar nuestra economía. A principios de mes, mi Administración colaboró con el Congreso para aprobar legislación bipartita que está proporcionando fondos para ayudar a los bancos a reconstruir su capital y volver a prestar. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos ha garantizado temporalmente toda nueva deuda emitida por bancos asegurados, lo cual facilitará a estos bancos prestar dinero que se necesite. Y la Reserva Federal está lanzando un nuevo programa para apoyar a los valores comerciales - una fuente clave de financiamiento a corto plazo para negocios e instituciones financieras estadounidenses. Estas medidas comienzan a dar resultados, pero hará falta tiempo para que se sienta su impacto pleno.
En coordinación con los Estados Unidos, muchas otras naciones han tomado pasos similares para enfrentar la turbulencia en sus mercados domésticos. Esta crisis es global en su alcance - y se requiere más cooperación internacional para resolverla. Por lo tanto esta semana consulté con líderes de todo el mundo y anuncié que convocaría una cumbre internacional en Washington el 15 de noviembre.
Esta cumbre será la primera en una serie de reuniones con el propósito de tratar con esta crisis. La cumbre juntará a líderes de las naciones G-20 - países que representan tanto al mundo desarrollado como al mundo en vías de desarrollo. Y la cumbre también incluirá los directores del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Foro para la Estabilidad Financiera, así como el Secretario General de las Naciones Unidas.
Durante esta cumbre, discutiremos las causas de los problemas en nuestros sistemas financieros... apreciaremos el progreso que se está logrando para afrontar la crisis actual... y comenzaremos a elaborar principios de reforma para cuerpos e instituciones reglamentarias relacionadas a nuestros sectores financieros. Aunque las soluciones específicas llevadas a cabo por cada país quizás no sean las mismas, el ponerse de acuerdo sobre una serie común de principios será un paso fundamental para evitar crisis similares en el futuro.
Al enfocarnos en respuestas a nuestros retos a corto plazo, nuestras naciones deben también volver a comprometerse a los fundamentos del crecimiento económico a largo plazo - mercados libres, libre empresa y libre comercio. Las políticas de mercados abiertos han aumentado los estándares de vida y han ayudado a millones de personas en todo el mundo a escapar las garras de la pobreza. Estas políticas se han mostrado constantemente como el camino más seguro para crear empleos, aumentar el comercio y fomentar el progreso. Y este momento de incertidumbre en la economía global sería precisamente un mal momento para rechazar métodos comprobados para crear prosperidad y esperanza.
A pesar de los altos y bajos que han afectado a nuestros mercados en meses recientes, el pueblo estadounidense tiene motivo de optimismo para el futuro económico de nuestra Nación. A lo largo de nuestra historia, hemos visto que cuando se les da a los estadounidenses la libertad de aplicar sus talentos e imaginación, la prosperidad y el éxito seguirán muy de cerca. Para más de dos siglos, ese principio ha permitido a nuestra economía superar todos los obstáculos que ha enfrentado. Y podemos estar confiados que lo hará una vez más.
Gracias por escuchar.
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