Discurso: 24 de junio de 2006


<< Discursos del Presidente George W. Bush


EL PRESIDENTE: Buenos Días. Esta semana pasada, viajé a Austria y a Hungría donde tuve reuniones productivas con nuestros aliados europeos. Discutimos los retos y las oportunidades que compartimos, incluyendo la importancia de propagar la prosperidad en casa y en todo el mundo. Me siento bien de estar de regreso en casa - y me da gusto poder informar que nuestra economía está fuerte, está creciendo y está entregando prosperidad a un mayor número de estadounidenses.

Permítanme darles algunos datos: en el primer trimestre de 2006, nuestra economía creció a una tasa anual impresionante del 5.3 por ciento. Desde agosto del 2003, Estados Unidos ha creado más de 5.3 millones de empleos nuevos - más que todas las 25 naciones de la Unión Europea combinadas. La productividad está creciendo y los salarios están comenzando a subir. Y como los impuestos están bajos, los trabajadores se están quedando con una mayor parte de lo que ganan.

Nuestra economía está entrando al verano por la vía rápida. Y una de las mejores formas de mantener nuestro dinamismo es limitando los gastos en Washington, DC. A principios de este mes, el Congreso tomó un paso importante al aprobar un proyecto de ley de emergencia sobre los gastos que se mantuvo dentro de los límites estrictos para gastos que yo fijé. El proyecto de ley incluía financiamiento necesario para altas prioridades - tales como equipar a nuestras fuerzas armadas y reconstruir la Costa del Golfo - y mostró disciplina en otras áreas. El Congreso merece ser felicitado por cumplir con mis límites para gastos - y me dio placer sancionar el proyecto de ley de emergencia para gastos.

Al mismo tiempo que los miembros del Congreso muestran moderación en proyectos de ley sobre gastos, también deben efectuar reformas en el proceso de los gastos. Bajo el sistema actual, muchos legisladores pueden incluir financiamiento para algún proyecto preferido suyo dentro de proyectos de ley para gastos mayores. Este proceso se llama destinar o consignar y suele resultar en gastos innecesarios. Por ejemplo, un proyecto de ley para financiar nuestras fuerzas armadas puede recargarse con consignaciones injustificadas y otros gastos que quizás no contribuyan a nuestra seguridad nacional. Esto deja a los miembros del Congreso dos opciones malas: votar contra el proyecto de ley en su conjunto, incluyendo los gastos que valen la pena - o tener que aceptar el proyecto en su conjunto, incluyendo los gastos poco económicos. El Presidente enfrenta el mismo dilema: o veta todo el proyecto de ley, o firma el proyecto y aprueba los gastos innecesarios.

Hay una forma más sabia para manejar los dólares de los contribuyentes - y comienza con otorgarle al presidente una herramienta llamada veto de partidas individuales del presupuesto. El veto de partidas individuales del presupuesto le permitiría al Presidente eliminar gastos innecesarios de un proyecto de ley mientras conserva el resto de la legislación. Cuarenta y tres de los 50 gobernadores de nuestra Nación tienen la autoridad para vetar partidas individuales, y han usado esa autoridad para eliminar gastos innecesarios de proyectos de ley que, fuera de esos gastos, eran buenos proyectos. Hace diez años, miembros del Congreso de ambos partidos votaron concederle al Presidente Clinton un veto de partidas individuales. Sin embargo, la Corte Suprema dictó que esa versión del veto de partidas individuales era inconstitucional ya que le quitaba demasiada autoridad al Congreso sobre los gastos.

He propuesto una nueva versión del veto de partidas individuales que arregla el problema - y le da al Presidente una manera clara y constitucional de cortar gastos poco económicos. Bajo mi propuesta, el Presidente identificaría una lista de partidas innecesarias que deberían eliminarse de un proyecto de ley para gastos mayores. Entonces el Congreso tendría que efectuar una votación si o no sobre la lista sin demora. Un veto de partidas individuales le daría al Presidente una manera de insistir sobre mayor disciplina en el presupuesto. Un veto de partidas individuales disminuiría el incentivo para que el Congreso gaste de forma poco económica - puesto que al saber que sus proyectos prioritarios serán expuestos al escrutinio público, es menos probable que los legisladores los sugieran en primer lugar. Más importante, un veto de partidas individuales beneficiaría a los contribuyentes estadounidenses asegurándoles un mayor respeto por sus dólares ganados con tanto esfuerzo.

Este jueves pasado, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley otorgando la autoridad del veto de partidas individuales. Esto fue una victoria para los contribuyentes y para la moderación en los gastos. Le pido al Senado que muestre un compromiso bipartito a la disciplina fiscal aprobando el veto de partidas individuales - a fin de que podamos trabajar juntos para cortar los gastos poco económicos ... reducir el déficit... y ahorrar dinero para los contribuyentes estadounidenses.

Gracias por escuchar.


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