Discurso: 21 de octubre de 2006
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Buenos días. Esta semana, hablé con el Primer Ministro Maliki de Iraq. Hablamos del reciente aumento de actos violentos en su país. Los ataques han aumentado significativamente durante las primeras semanas del Ramadán, el mes sagrado de la religión musulmana.
Ha habido una variedad de motivos para este aumento en la violencia. Un motivo es que las fuerzas de la coalición y de Iraq han estado realizando operaciones contra blancos específicos para proteger a Bagdad. Las fuerzas iraquíes y estadounidenses, lado a lado, han operado en las zonas más violentas de la ciudad para desestabilizar a al-Qaida, capturar a combatientes enemigos, hacer redadas contra los fabricantes de dispositivos explosivos improvisados y desarticular a los escuadrones de la muerte. Cuando luchamos contra nuestros enemigos en sus propios baluartes, nos encontramos con una resistencia fiera. En una sesión informativa en Iraq el jueves, el General William Caldwell dijo que la operación para la seguridad en Bagdad "ha defraudado nuestras expectativas generales". También explicó, "No es ninguna coincidencia que el aumento de ataques contra las fuerzas de la coalición... coincida con nuestra mayor presencia en las calles de Bagdad".
Nuestro objetivo en Iraq es claro e inmutable: Nuestro objetivo es la victoria. Lo que está cambiando son las tácticas que usamos para lograr ese objetivo. Nuestros comandantes en el terreno están modificando constantemente su estrategia para adelantarse al enemigo, particularmente en Bagdad. Recientemente, el General Peter Pace, el jefe del comando conjunto, lo puso de la siguiente manera: "Desde el punto de vista militar, cada día es un día de reevaluación". Tenemos una estrategia que nos permite ser flexibles y adaptarnos a circunstancias cambiantes. Hemos cambiado la manera en que entrenamos a las Fuerzas de Seguridad de Iraq. Hemos cambiado la manera en que prestamos ayuda para la reconstrucción de zonas donde se ha eliminado la influencia terrorista. Y continuaremos siendo flexibles y haremos todos los cambios necesarios para prevalecer en esta lucha.
Los nuevos líderes de Iraq están comenzando a dar los pasos difíciles que son necesarios para vencer a los terroristas y unificar su país. Recientemente, el Primer Ministro se reunió con los líderes tribales de la provincia de Anbar, que le dijeron que están preparados para combatir a los terroristas. También ha tomado medidas para limpiar la Policía Nacional de Iraq. Su gobierno suspendió a una unidad de la Policía Nacional tras acusaciones de que algunos de sus miembros estaban vinculados a milicias y escuadrones de la muerte. Un comandante de batallón fue arrestado por posible complicidad en matanzas sectarias. Y esta semana, dos de los comandantes de más alto rango de la policía de Iraq fueron reasignados como parte de una reorganización de gran escala de las fuerzas de la Policía Nacional.
Otra razón del aumento reciente en los ataques es que los terroristas están tratando de influenciar la opinión pública aquí en Estados Unidos. Tienen una sofisticada estrategia de propaganda. Saben que no pueden vencernos en la batalla, por lo que realizan ataques que atraigan la atención, con la esperanza de que las imágenes de violencia desmoralicen a nuestro país y nos obliguen a retirarnos. Llevan consigo cámaras de video, y filman sus atrocidades y las transmiten por Internet. Envían imágenes fotográficas y de video por correo electrónico a cadenas de televisión por cable en el Medio Oriente, como al-Jazeera, y les dan instrucciones a sus partidarios para que envíen los mismos materiales a periodistas, autores y líderes de la opinión pública en Estados Unidos. Operan sitios de Internet donde publican mensajes para sus seguidores y lectores en todo el mundo.
En un mensaje reciente, el Frente Global de Medios Islámicos -un grupo que a menudo publica propaganda de al-Qaida en sitios de Internet- dijo que su objetivo es, y cito, "librar una guerra de prensa que sea paralela a la guerra militar". Ésta es la misma estrategia que los terroristas iniciaron en Afganistán tras el 11 de septiembre. En una carta al líder del Talibán Mullah Omar, Osama bin Laden escribió que al-Qaida tenía la intención de librar "una campaña de prensa. para generar divisiones entre el pueblo estadounidense y su gobierno".
Los terroristas están tratando de dividir a Estados Unidos y quebrantar nuestra voluntad, y no debemos permitir que tengan éxito. Por lo tanto, Estados Unidos continuará apoyando al gobierno democrático de Iraq. Ayudaremos al Primer Ministro Maliki a forjar una nación libre que puede autogobernarse, sostenerse y defenderse. Y ayudaremos a Iraq a convertirse en una democracia sólida que sea un firme aliado en la guerra contra el terrorismo.
Sólo hay una cosa que no haremos: No retiraremos a nuestras tropas del campo de batalla antes de que se haya cumplido la misión. En Washington hay quienes argumentan que emprender la retirada de Iraq haría que estuviéramos más seguros. No estoy de acuerdo. Retirarnos de Iraq permitiría que los terroristas obtuviesen un nuevo refugio desde el cual lanzar nuevos ataques contra Estados Unidos. Retirarnos de Iraq sería deshonrar a los hombres y mujeres que dieron la vida en ese país y significaría que su sacrificio fue en vano. Y retirarse de Iraq envalentonaría a los terroristas, y haría que nuestro país, nuestros amigos y nuestros aliados sean más vulnerables a nuevos ataques.
Las semanas recientes han sido difíciles para nuestros soldados en Iraq y para el pueblo de Iraq. La lucha es difícil, pero nuestra nación ha visto combates difíciles anteriormente. En la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, generaciones anteriores de estadounidenses se sacrificaron para que pudiéramos vivir en libertad. Esta generación también cumplirá con su deber. Venceremos a los terroristas dondequiera que estén, y dejaremos atrás un mundo más prometedor para nuestros hijos y nietos.
Gracias por escuchar.
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