Discurso: 19 de febrero de 2005


<< Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos Días. Mañana salgo de viaje para Europa donde reafirmaré la importancia de nuestra relación transatlántica con nuestros amigos y aliados europeos. Durante las últimas semanas, el mundo ha sido testigo de eventos trascendentales - los Palestinos votaron poner fin a la violencia, los Ucranianos defendieron sus derechos democráticos, los Iraquíes fueron a las urnas en elecciones libres. Y en Europa, hablaré con líderes de OTAN y de la Unión Europea sobre cómo podemos trabajar juntos para aprovechar las históricas oportunidades que tenemos delante de nosotros.

Líderes en ambos lados del Atlántico comprenden que las esperanzas para la paz en el mundo dependen de la unidad continua de naciones libres. No aceptamos una caricatura falsa que divida al mundo occidental entre un Estados Unidos idealista y una Europa cínica. Estados Unidos y Europa son los pilares del mundo libre. Compartimos la misma creencia en la libertad y en los derechos de cada individuo, y estamos colaborando a través del mundo para hacer avanzar nuestros intereses comunes y nuestros valores comunes.

En Irak nuestro compromiso compartido hacia elecciones libres ha despojado a los que colocan bombas en automóviles y a los asesinos de su arma más poderosa: su pretensión de representar los deseos y las aspiraciones del pueblo Iraquí. En estas elecciones, la Unión Europea ofreció asistencia técnica vital. OTAN está ayudando a entrenar oficiales del ejército, policías, y administradores civiles para un nuevo Irak. Y 21 de nuestros socios europeos de la coalición están proporcionando tropas en el terreno. Estados Unidos y Europa también están trabajando juntos para avanzar la causa de la paz en la Tierra Santa, donde compartimos la misma meta de que dos estados democráticos - Israel y Palestina - vivan uno al lado del otro en la paz y en la libertad.

En mi discurso de toma de posesión, dije que la libertad que abrazamos es una aspiración universal. Las raíces de muchos estadounidenses se remontan a Europa, donde también podemos encontrar muchos de los ideales de nuestros fundadores. Fue un francés quien enseñó a los que redactaron nuestra Constitución la importancia de la separación de poderes. Fue un escocés quien explicó las virtudes de un mercado libre.

Fue un inglés quien nos retó a corregir el principal defecto de nuestra fundación - la plaga de la esclavitud. Y fue un italiano que nos dio nuestro nombre: América.

Los fuertes lazos de América a Europa se reflejan en la relación recíproca de comercio e inversión más importante del mundo. Hoy en día, más del 20 por ciento de todas las exportaciones de Estados Unidos van a la Unión Europea, y millones de estadounidenses reciben sus salarios en base a las sucursales locales de compañías matrices europeas. Yo trabajaré con nuestros socios europeos para abrir mercados y ampliar las oportunidades para nuestros negocios, trabajadores y agricultores, y para avanzar las discusiones comerciales de la ronda de Doha. Y dejaré muy en claro que una de mis principales prioridades es la de reducir las restantes barreras europeas a los bienes agrícolas de Estados Unidos.

Aún los mejores de amigos no están de acuerdo en todo. Pero en los albores del siglo 21, los valores y los intereses más profundos de Estados Unidos y Europa son los mismos - derrotar el terrorismo, vencer la pobreza, ampliar el comercio y promover la paz. En ambos lados del Atlántico, los ataques terroristas contra nuestras ciudades y nuestras sociedades civiles han mostrado que la libertad tiene enemigos peligrosos - y que la clave hacia una paz duradera es el avance de la libertad humana.

Hoy en día la seguridad y la justicia y la prosperidad para nuestro mundo dependen de que Estados Unidos y Europa operen con un propósito común. Esto hace que los lazos transatlánticos sean más vitales que nunca. Y durante mi visita a Europa la semana próxima, hablare con nuestros amigos y aliados sobre cómo podemos reforzar esos lazos a fin de construir un futuro de paz y libertad para nuestros hijos.

Gracias por escuchar.


Este documento pertenece al Gobierno de los Estados Unidos de América y se encuentra en dominio público.