Discurso: 17 de noviembre de 2001


<Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos días.

Soy Laura Bush, y estoy dando el discurso semanal de radio para lanzar un esfuerzo mundial que enfoque la brutalidad contra las mujeres y los niños cometida por la red de terroristas al-Qaida y por el régimen que apoya en Afganistán, el Talibán. Ese régimen se encuentra en retirada en gran parte de ese país, y el pueblo de Afganistán - sobre todo las mujeres - está celebrando. Las mujeres Afganas saben, gracias a duras experiencias, lo que el resto del mundo está descubriendo: la opresión brutal de la mujer es un objetivo central de los terroristas.

Mucho antes de comenzar la guerra actual, el Talibán y sus aliados terroristas hacían la vida miserable para los niños y las mujeres de Afganistán. Setenta porciento del pueblo Afgano está mal nutrido. Uno de cada cuatro niños no vivirá más allá de los 5 años debido a la falta de atención a la salud. A las mujeres se les ha negado acceso a los médicos cuando están enfermas.

La vida bajo el Talibán es tan dura y represiva que hasta se prohíben pequeñas muestras de alegría – los niños no pueden volar cometas; sus madres pueden ser golpeadas por reír en voz alta. La mujer no puede trabajar fuera de la casa, ni siquiera salir de su casa sola.

La severa represión y brutalidad contra la mujer en Afganistán no es parte de una práctica religiosa legítima. Musulmanes en todo el mundo han condenado la degradación brutal de las mujeres y los niños por el régimen del Talibán. La pobreza, la mala salud y el analfabetismo que los terroristas y el Talibán han impuesto sobre las mujeres en Afganistán no están conformes al tratamiento de la mujer en la mayor parte del mundo islámico, donde la mujer aporta contribuciones importantes a la sociedad. Sólo los terroristas y el Talibán le prohíben la educación a la mujer. Sólo los terroristas y el Talibán amenazan con arrancarles las uñas a las mujeres si llevan esmalte de uña. La grave situación de las mujeres y los niños en Afganistán es un acto de crueldad humana deliberada, llevado a cabo por aquellos que buscan intimidar y controlar.

Las personas civilizadas a través del mundo están expresando su horror - no sólo porque se nos rompe el corazón por esas mujeres y esos niños en Afganistán, sino también porque en Afganistán vemos el mundo que los terroristas quisieran imponer sobre el resto de nosotros.

Todos tenemos la obligación de expresarnos. Somos de distintas culturas y religiones – pero en todo el mundo los padres aman a sus hijos. Respetamos a nuestras madres, nuestras hermanas y nuestras hijas. Luchar contra la brutalidad hacia la mujer y los niños no es la expresión de una cultura específica; es la aceptación de nuestra humanidad común - un compromiso compartido por gente de buena voluntad en todos los continentes.

Debido a nuestros recientes logros militares, muchas mujeres en Afganistán ya no están encerradas en sus casas. Pueden escuchar música y enseñarles a sus hijos a vivir sin temor a ser castigados. Sin embargo, los terroristas que ayudaron a gobernar ese país ahora conspiran y traman en muchos países. Y hay que pararlos. La lucha contra el terrorismo también es una lucha por los derechos y la dignidad de la mujer.

La semana entrante en los Estados Unidos celebraremos el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving). Después de los acontecimientos de los últimos meses, estaremos estrechando a nuestras familias aún más cerca. Y estaremos especialmente agradecidos por todas las bendiciones de la vida en los Estados Unidos. Espero que los Estadounidenses se unan a nuestra familia y trabajemos juntos para que todas las mujeres y los niños de Afganistán estén asegurados de tener dignidad y oportunidad.

¡Que tengan un feriado maravilloso! Y gracias por escuchar.


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