Discurso: 17 de agosto de 2002


<Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos días.

Esta semana fui anfitrión de un foro económico en la Universidad de Baylor en Tejas. Los participantes compartieron sus inquietudes sobre los desafíos económicos que enfrentamos, así como sus ideas para fortalecer la economía.

Un tema común entre muchos panelistas fue que debemos dejar cada dólar que podamos en manos de las personas que lo ganen. Debemos ser disciplinados con el dinero de los contribuyentes, lo cual requiere que el Congreso se concentre en financiar las prioridades de nuestra Nación.

Nuestra prioridad más elevada es ganar la guerra contra el terror. Los hombres y las mujeres que están luchando esa guerra deben contar con todas las herramientas y todo el entrenamiento que necesiten para luchar y ganar.

Es por eso que mi presupuesto incluye el aumento más grande en una generación en gastos para defensa. Y es por eso que le pido al Congreso que apruebe un proyecto de ley final de asignación de fondos para defensa en cuanto regrese a Washington.

Una elevada prioridad es la de mantener a nuestra patria segura. Mi presupuesto casi doblaría los fondos para seguridad del territorio nacional a cerca de 38 mil millones de dólares: dinero para entrenar y equipar a bomberos, policías, y personal médico de emergencia... dinero para que las Guardacostas protejan nuestros puertos y costas... dinero para mantener seguras a nuestras plantas de tratamiento de agua e instalaciones nucleares.

Hace algunas semanas, el Congreso aprobó una ley para fondos de emergencia que proporciona más de 13 mil millones de dólares en fondos inmediatos para la guerra contra el terror, más de 4 mil millones para seguridad del territorio nacional, y completa nuestro compromiso de 20 mil millones de dólares hacia la gente de Nueva York. Me dio mucho gusto firmar la ley. Pero el Congreso también envió más de 5 mil millones de dólares en gastos adicionales que yo no había pedido.

He endosado una parte de esos 5 mil millones de dólares y me esforzaré por asegurarla. Pero una buena parte de ese dinero no tiene nada que ver con una emergencia nacional. Los que escribieron la ley la diseñaron de tal modo que yo tengo que gastar o todo el dinero o nada. En el foro económico del Martes, puso muy en claro mi posición: no gastaré nada de los 5 mil millones de dólares.

Debemos recordar las lecciones del pasado. En los años 1960 el mayor gasto exigido por la guerra no fue equilibrado por menores gastos en el resto del gobierno. Como resultado, durante los años 1970 tuvimos desempleo, déficits cada vez mayores, y una inflación incontrolable.

No podemos volver al camino de déficits presupuestarios galopantes. Debemos cumplir con nuestras necesidades para defensa y seguridad del territorio nacional, y limitarnos en otro tipo de gastos. Mi presupuesto aumenta en más del 14 porciento los gastos para defensa. Propone casi el doble para financiar la seguridad del territorio nacional. Y en todas las demás áreas, aumenta los gastos en un 2 porciento. Muchas familias están viviendo con aumentos de este nivel, y el gobierno deberá hacer igual.

La Cámara de Representantes ha hecho bien manteniéndose dentro de estos límites. Infelizmente, el Senado ni siquiera ha aprobado un marco presupuestario - y hasta el presente ha estado ignorando la disciplina fiscal. Yo he pedido 2.4 mil millones de dólares para viviendas públicas - el proyecto de ley que se encuentra en el Senado incluye 300 millones de dólares más. Yo solicité 2.2 mil millones de dólares para investigaciones agrícolas - aquí también el Senado quiere gastar 300 millones de dólares más. Yo pedí 3.1 mil millones de dólares para la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica - el Senado quiere gastar 200 millones de dólares más. Y estos niveles podrían seguir subiendo.

Desafío al Congreso a que respete a los contribuyentes y sea moderado con el dinero de ellos. Es importante que lo haga, a fin de que nuestra economía siga creciendo.

Si el Congreso no muestra compostura en los gastos, es mi intención hacer cumplir restricciones en los gastos. Para el bien de nuestra economía, y para el bien de las personas que pagan impuestos, mi Administración gastará lo que realmente sea necesario y ni un dólar más.

Gracias por escuchar.



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