Discurso: 11 de noviembre de 2006
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Buenos Días. Este fin de semana conmemoramos el Día de los Veteranos - una fecha en que los estadounidenses honran a todos los hombres y mujeres que han vestido el uniforme de nuestras fuerzas armadas. En toda nuestra Nación, en celebraciones para el Día de los Veteranos, recordamos a aquellos que han servido en guerras anteriores, los que sirven hoy en día y los que no vivirán para llegar a ser veteranos. Particularmente en tiempos de guerra, vemos en nuestros veteranos un ejemplo de personas que se ofrecieron para servir una causa superior a ellas. Este fin de semana, les pido que tomen un momento para agradecer a nuestros veteranos por su servicio - y expresar su aprecio por los sacrificios que han hecho para preservar nuestra libertad y nuestra forma de vida.
Una libertad que define nuestra forma de vida es la libertad de escoger a nuestros líderes en las urnas electorales. A principios de esta semana vimos esa libertad, cuando millones de estadounidenses fueron a las urnas a depositar sus votos para un Congreso nuevo. Sea cual sea su opinión sobre el resultado, todos los estadounidenses pueden estar orgullosos del ejemplo que nuestra democracia pone para el mundo al llevar a cabo elecciones aún en tiempo de guerra. Nuestras instituciones democráticas son una fuente de fuerza - y nuestra confianza en esas instituciones ha hecho de Estados Unidos la Nación más fuerte, más próspera y más estable del mundo.
Como resultado de las elecciones de esta semana, los Demócratas ahora tienen una mayoría en ambas Cámaras del Congreso. Después de las elecciones, llamé a los líderes Demócratas de la Cámara de Representantes y del Senado para felicitarlos por la victoria que habían logrado para su partido. El jueves almorcé con la Congresista Pelosi y el Congresista Hoyer, y el viernes me reuní con los Senadores Reid y Durbin. Tuvimos buenas discusiones. Les informé lo que les he dicho a todos los hombres y mujeres en mi Administración: Debemos dejar atrás las elecciones, y trabajar juntos sobre los grandes temas a los que se enfrenta Estados Unidos.
Estas elecciones traerán cambios a Washington. Pero una cosa no ha cambiado: Estados Unidos enfrenta enemigos despiadados que ya nos han atacado y que quieren atacarnos de nuevo. Yo tengo un mensaje para estos enemigos: no confundan el funcionamiento de la democracia estadounidense con una falta de voluntad estadounidense. Nuestra Nación está comprometida a traerlos ante la justicia - y vamos a prevalecer.
Irak es el frente central en esta guerra contra el terror. Y espero con interés escuchar ideas de los nuevos líderes del Congreso sobre la mejor forma de apoyar a nuestras tropas en las líneas del frente - y ganar la guerra contra el terror. También espero escuchar recomendaciones sobre el camino futuro en Irak de un grupo bipartito encabezado por el ex - Secretario de Estado James Baker y el ex - Congresista Lee Hamilton.
Mientras tanto, he efectuado un cambio importante en mi equipo nacional de seguridad. El miércoles acepté la renuncia de Don Rumsfeld como Secretario de Defensa - y anuncié mi intención de nombrar a Bob Gates en su lugar. Bob es un líder comprobado que ha servido a seis Presidentes - cuatro Republicanos y dos Demócratas. Como antiguo Director de la CIA y actual Presidente de la Universidad Texas A&M, tiene experiencia a la cabeza de organizaciones grandes y complejas - y ha mostrado que es un agente de cambio. Como Secretario de Defensa ofrecerá una nueva perspectiva sobre nuestra estrategia en Irak, y lo que tenemos que hacer para prevalecer.
Bob reemplaza al miembro de mi gabinete con más años de servicio, Don Rumsfeld. La historia mostrará que bajo el Secretario Rumsfeld, los hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas derrocaron a dos regímenes terroristas, trajeron justicia a decenas de altos operativos al-Qaeda y ayudaron a evitar nuevos ataques terroristas contra nuestro pueblo. Estados Unidos es más seguro, y el mundo es más seguro, debido al liderazgo de Don Rumsfeld - y le estoy profundamente agradecido por su servicio.
El mensaje de las elecciones de esta semana es claro: el pueblo estadounidense quiere que sus líderes en Washington pongamos a un lado nuestras diferencias partisanas, que nos comportemos de una manera ética y que trabajemos juntos para enfrentar los retos que nuestra Nación tiene por delante. Esta es una labor importante que exigirá el gran esfuerzo y la buena fe de nuestros líderes de ambos partidos - y yo me comprometo a cumplir con mi parte.
Gracias por escuchar.
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