Dios (Vallejo)
Siento a Dios que camina tan en mí, con la tarde y con el mar. Con él nos vamos juntos. Anochece. Con él anochecemos, Orfandad... Pero yo siento a Dios. Y hasta parece que él me dicta no sé qué buen color. Como un hospitalario, es bueno y triste; mustia un dulce desdén de enamorado: debe dolerle mucho el corazón. Oh, Dios mío, recién a ti me llego hoy que amo tanto en esta tarde; hoy que en la falsa balanza de unos senos, mido y lloro una frágil Creación. Y tú, cuál llorarás..., tú, enamorado de tanto enorme seno girador... Yo te consagro Dios, porque amas tanto; porque jamás sonríes; porque siempre debe dolerte mucho el corazón.
[[ |Poema siguiente: ]]