Dime zagal que has avido
- VILLANCICO
— Dime, zagal, qué has havido que vienes despavorido. A la fe, Pelayo, que yo te juro a buena fe que nunca tal cosa fue ni yo nunca tal he vido. — Ven, ven acá, desalmado, dime dó queda el ganado. ¿Cómo vienes desmayado? ¿Qu'es lo que te ha contecido? — Yo que me iva con mi perro a buscar tras aquel cerro la mi vaca del cencerro, ¡hete viene gran sonido! — Dime, dime qué son era, pues sabes si yo lo viera que luego te lo dixera en haviéndolo sabido. — Angeles eran del cielo, que me pusieron recelo, mas después huve consuelo con su canto bien regido. — Ora te digo, Pascual, que tú estás no sé qué tal: yo, cata, creo muy mal. Cuido que estavas dormido. — Yo los vi como te veo cantando con gran desseo "Gloria in excelsis Deo" por un niño que ha nacido. — Vamos, vamos a Belén porque dél nuevas nos den. Andémoslo todo bien: sepamos quién ha parido. —!Miefé! Si quisieres, vamos, y luego luego partamos, que más no nos detengamos porque yo sea creído. —Pues espera, beveremos, y después acordaremos porque muy mejor andemos, que yo estoy muy desmaído. —¡0 nunca te veas triste que tal palabra dexiste, porque con ella me diste un deleite muy cumplido! Fin. — Partamos sin más tardar a Belén, aquel lugar, y no nos demos vagar pues havemos ya bevido.
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