Dime Juan por tu salud

Dime Juan por tu salud
de Juan del Encina
VILLANCICO
— Dime Juan por tu salud, 
pues te picas de amorío, 
si es mal de amor el mío.

—Maginar deves, Dios praga. 
¿Cómo quieres tú, Pascual, 
que te diga yo tu mal 
sin que me cuentes la llaga? 
Si algún espacio te vaga 
en este monte sombrío 
cuéntame tu modorrío.

— Ay, triste, que todo el baço, 
assadura y paxarilla,
todo se me desternilla
que no me queda pedaço.
Cada pierna y cada braço
siente muy gran dolorío.
¿Si es mal de amor el mío?
gran temblor y gran tremer,
muy gran pasmo y calofrío. 
¿Si es mal de amor el mío?

Cosa no puedo comer
aunque me muero de hambre, 
tómame tan gran calambre 
qu'es dolido de me ver:
gran temblor y gran tremer,
muy gran pasmo y calofrío.
¿Si es mal de amor el mío?

Siempre estoy despeluncado, 
que desmayo cada rato; 
no conozco ya mi hato, 
ando ya desojarado.
Nunca estoy sino cansado 
aunque no de laborío.
¿Si es mal de amor el mío?

De mí tengo ya despecho, 
no siento ningún abrigo. 
Aunque me dan pan de trigo 
ni aunque voy dormir so techo 
nunca duermo ni aprovecho: 
poco a poco me resfrío.
¿Si es mal de amor el mío?

Nunca dexo de pensar 
puesto mano sobre mano; 
cada passo me rellano 
que no me puedo aballar; 
gran gemir y solloçar, 
que nunca jamás me río. 
¿Si es mal de amor el mío?

Ando ya desmemorado 
sin poder tomar reposo, 
deslumbrado, muy pensoso, 
muy cuidoso y descuidado.
Piérdese todo el ganado, 
Dios me tiene ya omezío. 
¿Si es mal de amor el mío?

Solía cuando más moço, 
bien lo sabes tú, Juanillo,
repicar mi caramillo,
mi respingo y mi retoço. 
Miefé, ya no me alboroço, 
del gasajo me desvío.
¿Si es mal de amor el mío?

Pariente primo segundo, 
no te quiero dezir más. 
En el gesto me verás
que ya no soy deste mundo, 
que de pasmo me perhundo. 
¿Cómo ya no desvarío 
si es mal de amor el mío?

— Pues aún quiero que me cuentes 
este mal tan lastimero.
¿Dónde te tomó primero
y de cuándo acá lo sientes?
Aguza, para bien mientes,
esfuerça sin aborrío,
que de tu salud confío.

— Percançóme esta passión 
el día de la velada,
oteando a mi adamada,
aquélla del torrejón;
do sentí tal turbación
que de mí ya desconfío.
¿Si es mal de amor el mío?

Llévame tras sí los ojos 
dondequiera que la veo. 
Cuánto más y más la oteo 
siento más y más antojos; 
y con todos mis enojos
para verla me atavío.
¿Si es mal de amor el mío?

Siento en mí tan gran cariño 
que me quema como fuego. 
Helo preguntado al crego: 
no me sabe dar aliño. 
Sobre esta razón me ciño, 
que tú sabrás, yo lo fío, 
si es mal de amor el mío.

—¿En cuál seso agora cabe? 
¿Pues qué quieres que lo diga? 
¿Que sepa yo tu fatiga 
cuando el crego no la sabe? 
No creas que yo me alabe, 
ni con mi saber me engrío, 
que no sé ni lo porfío.

— Aunque sos destos casares 
de aquesta silvestre enzina, 
tú sabrás dar melezina 
a mis cuitas y pesares,
 pues allá con escolares 
ha sido siempre tu crío. 
¿Si es mal de amor el mío?

— Mía fe, Pascual, bien lo siento 
aunque yo crego no soy, 
que sonriendo me estoy 
no conocer tal tormento. 
Es amor tu perdimiento, 
que bien siento su natío, 
su amargor y saborío.

— Juro a mí que yo lo creo, 
según sus ahincos son, 
que me van al coraçón 
los aguzos y el desseo. 
Pues que sus males posseo, 
di quién es este amorío, 
si es mal de amor el mío.

— Es amor un no sé qué 
que se engendra no sé cómo. 
Yo ningún tino le tomo 
aunque mucho suyo fue. 
Sé que pone tanta fe
su forçoso poderío
que cativa el albedrío.

— Pues dime qué te parece 
que devo, triste, hazer
para me poder valer
dente mal que siempre crece. 
¿Con qué remedio guarece 
el que está de amor sandío, 
si es mal de amor el mío?

Fin.

— Si alguna zagala bella 
amares sin ella amar,
ama tú en otro lugar
o la sigue hasta vencella. 
Y si también te ama ella 
no muestres tanto amorío, 
que este consejo es el mío



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