Dido y Enéas
De la fenisa reina importunado
El teucro huésped, le contaba el duro
Estrago que asoló el troyano muro
Y echó por tierra el Ilíon sagrado;
Contaba la traición y no esperado
Engaño de Sinon falso y perjuro,
El derramado fuego, el humo oscuro,
Y Anquíses en sus hombros reservado;
Contó la tempestad que, embravecida,
Causó á sus naves lamentable daño,
Y de Juno el rigor no satisfecho;
Y mientras Dido escucha enternecida
Las griegas armas y el incendio extraño,
Otro nuevo y mayor le abrasa el pecho.