Diario Oficial de El Salvador/Tomo 74/Número 60
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Tomo 74Num. 60
Sección Editorial
editarFenecimiento del duelo nacional
editardel duelo nacional
Hace hoy treinta días que, en un día como este, cerró sus ojos para siempre el ilustre Presidente Araujo, con cuyo fallecimiento repentino quedó el país sumido en el más hondo duelo.
El Poder Legislativo, el propio día nueve de febrero, en que expiró aquel egregio Mandatario, ordenó que se guardasen treinta días de riguroso luto, mandato que ha sido debidamente cumplido por todos los funcionarios hasta el día de hoy.
En el coto de tiempo transcurrido desde aquella fecha luctuosa, en que aquel noble espíritu se remontó a las regiones infinitas, el señor Presidente Meléndez ha recibido, como lo patentizan las publicaciones hechas en este diario, numerosísimas manifestaciones de condolencia del interior y del exterior del país, por el fallecimiento inesperado del Presidente Dr. Araujo.
Ellas son testimonio elocuente de la intensa simpatía que ha despertado, por doquiera, ese acontecimiento tristísimo, que privó a la Nación de una existencia de tan excelsos atributos, como la del ilustre Dr. Araujo.
Pasarán los días, rodarán los tiempos, y la vida pública del país atravesará tal vez por entre mil vicisitudes; mas, la honda huella impresa por el Presidente Dr. Araujo, a todos los órdenes del progreso y la cultura nacionales, quedará por siempre imborrable en los fastos gloriosos de la Historia del Salvador, como el mayor esfuerzo heróico de un hombre verdaderamente patriota que quiso encender en su querido suelo, las intensas claridades de la civilización.
El órgano del Gobierno, en esta fecha tristísima para el país, consagra un recuerdo a la memoria imperecedera del insigne estadista Dr. Araujo, gloria legítima del pueblo salvadoreño.
Línea internacional telefónica
editarNótase, en los pueblos centroamericanos un recíproco deseo de acercamiento, para lograr, con más eficacia y facilidad, la realización de grandes ideales de patriotismo.
Y cabe aquí anotar que esos deseos se manifiestan por hechos prácticos, tangibles, que vienen a ser nuevos lazos de unión entre pueblos y Gobiernos que, teniendo un mismo tronco, deben, necesariamente, tener un mismo porvenir.
Sugiérenos estas consideraciones la construcción de la línea telegráfica y telefónica, directa, construída de esta capital, a Tegucigalpa, en la vecina y hermana República de Honduras.
Los ensayos definitivos en esta línea internacional se llevaron a cabo, con el mayor éxito; y el Sr. PResidente de la República pudo hablar, por teléfono, con el doctor Patrocinio Guzmán Trigueros, Encargado de Negocios de El Salvador ante el Gobierno de Honduras.
En la tarde del mismo día, el Gabinete hondureño invitó a conversar telefónicamente al señor Ministro de Relaciones Exteriores doctor Castro Ramírez, quien habló, primero, con el Ministro de Relaciones Exteriores de Honduras, doctor don Mariano Vásquez, quien expresó a nuestro Canciller que el Sr. Presidente de Honduras, General don Manuel Bonilla, sentía no poder tener el gusto y la satisfacción, a causa de su quebrantada salud, de hablar personalmente con el señor Presidente don Carlos Meléndez para quién, lo mismo que para el pueblo salvadoreño, envió mensajes de afectuosa simpatía.
Dió las gracias el Dr. Castro Ramírez, asegurando al doctor Vásquez, que se han establecido una nueva vinculación entre ambos pueblos y Gobiernos.
Hablaron también con el Canciller salvadoreño los señores doctor Bertrand, Vice-Presidente de la República hondureña y Ministro de Gobernación, el Sr. Lic. Mejía, Ministro de la Guerra y el señor Córdova, Ministro de Hacienda.
La conversación giró sobre asuntos de general interés, protestándose los distinguidos interlocutores de la antigua amistad que cultivan los pueblos de Honduras y El Salvador.
Esta nueva línea viene a completar nuestro servicio telegráfico y telefónico y, en cierto modo, a borrar toda frontera, acortando la distancia. Como un deber de justicia, el órgano oficial del Gobierno, deja constancia de que esta importante mejora se debe al decidido apoyo que dió a la construcción de la línea, el inolvidable Dr. Araujo, así como a los esfuerzos del señor Ministro de Gobernación doctor T. Carranza, que secundó entusiastamente la labor de aquel insigne Gobernante.
Asimismo, débese encomiar el celo y actividad del Director General del Ramo, don Ricardo Posada, digno colaborador de aquellos distinguidos funcionarios.