Diario Oficial de El Salvador/Tomo 18/Número 79
Tomo 18. Num. 79
No Oficial
editarBuenas nuevas
editarAyer hemos pasado un dia de prueba. Desde las primeras horas de la mañana se sabía que nuestros valientes estaban luchando; ya eran las ocho de la noche y no se había recibido ninguna noticia; la ansiedad era, pues, grande, la impaciencia por saber algo evidente, aunque contenida por la esperanza y la fé en el buen éxito de la arriesgada y difícil empresa encomendada á nuestras heróicas tropas.
A las 9 menos cuarto de la noche, cuando muchos se disponían á acostarse, las campanas lanzadas á tocar á todo vuelo, reunieron en la plaza del Parque numeroso concurso de gentes que se comunicaban en seguida de boca en boca la noticia de un nuevo y espléndido triunfo de Monterrosa. En seguida se formaron grupos patrióticos que, con músicas á la cabeza y prorrumpiendo á cada instante con prolongados vítores, recorrían la población, comunicando á sus moradores el entusiasmo de que estaban poseídos. A las 10 de la noche todo había vuelto sin embargo, á la acostumbrada calma,—y nadie hubiera dicho que, momentos antes, las expansiones de una generosa alegría habían conmovido tantos pechos y consolado tantas angustias.
Está en caracter
editarEl General Barrios obra en las presente circunstancias con un salvajismo que justifica su antigua fama de hombre apasionado, desleal y de brutales instintos. Su manera de hacernos la guerra pone nuevamente en evidencia las cualidades que podrían recomendarle para xeque de los cafres ó caníbales, pero que le incapacitan no solo para el Gobierno sino para el trato de personas cultas. Sus hostilidades contra las fuerzas del Salvador principiaron por atacar las que estaban en el Coco, sin previa declaratoria de guerra, como lo podia hacer cualquier caudillo del desierto.
Asegúrase además que Barrios se habia comprometido con el Ministro de los Estados Unidos de América Mr. Hall á no invadirnos; mas el aventurero audaz, bastante osado para poner su mano manchada con tantos crímenes sobre el seno inmaculado de Centro América ¿es estraño acaso que se desatienda de las más sagradas promesas y que obre como quien es, como un vulgar ambicioso que causaría risa en otros países; pero que en la desgraciada Guatemala ha sobrepujado en crímenes á cuantos facinerosos ha producido la moderna historia?
El Coco está á una legua más acá de la línea divisoria; mas esto no fué obstáculo para que Barrios hiciera allí trincheras, y cayera cuando menos se esperaba sobre nuestras avanzadas del Coco. Ya lo saben, pues, los Jefes del Ejército Salvadoreño, porque para muestra un botón basta: tienen que habérselas con un salvaje que no observa ni respeta ninguna ley, ninguna costumbre; nosotros protestamos contra la barbarie con toda la indignación y toda la fuerza de nuestra conciencia; pero ellos no imiten al miserable invasor en el desprecio de las leyes respetadas en el mundo civilizado. Vénzanlo con su pericia, con el valor, con el empuje de nuestros justamente ofendidos soldados y humíllenlo con la grandeza, con la cultura de procedimientos que tan bien cuadra á los defensores de una causa como la nuestra, justa y santa si las hay.
Copiamos del "Boletín del Ejército" de 31 de Marzo:
¡La tiranía vencida en los campos de San Lorenzo!—¡Victoria de nuestras armas!
El enemigo en número de más de tres mil hombres empezó á atacar nuestras posiciones de San Lorenzo á las cinco de la mañana de hoy, siendo repetidas veces rechazado por los mil salvadoreños que, al mando del bravo General Monterrosa, defendían heroicamente la independencia y la autonomía de la República.
Después de muchas horas de combate el General en Jefe acaba de recibir el siguiente
De San Lorenzo, Marzo 31 de 1885..
Recibido en Santa Ana á las 2 y 54 p. m. Señor Presidente:
Hemos vencido al enemigo.—Estamos en los últimos tiros y va desbandada la fuerza enemiga.
¡Viva Zaldívar!—¡Viva Centro-América!
Los generales vencidos son Menéndez y Pimentel. El campo ha quedado cubierto de cadáveres de los profanadores del suelo salvadoreño.
Pronto publicaremos detalles.
¡Viva el ejército! ¡Viva la República!
Tambien trasladamos á nuestras columnas la siguiente hoja publicada en Santa Ana el 31 del mes próximo pasado:
Mil hombres mandados por el valiente General Monterrosa han vencido y hecho ponerse en vergonzosa fuga á mas de tres mil soldados del ejército enemigo en los campos de San Lorenzo. El ataque contra nuestras fuerzas fué dirigido primeramente por el General Francisco Menéndez; después atacó el General Pimentel. Las fuerzas del bárbaro han tenido que morder el polvo ante la bravura de nuestros soldados, y nuestra victoria ha sido de las mas gloriosas.
El campo no ha sido reconocido aún. Oportunamente se darán detalles sobre este importante hecho de armas.
Santa Ana, Marzo 31 de 1885.
Los telegramas recibidos hoy del teatro de la guerra, son los siguientes:
Recibido en San Salvador, á las 7 a. m.
Desde las cuatro y media de la tarde de ayer que se suspendieron los fuegos no han vuelto á renovarse hasta hoy, el enemigo está acampado fuera del alcance de la artillería de Chalchuapa. Monterrosa, después de su nuevo triunfo, se retiró á Atiquizaya, porque sólo la cobardía ó inadvertencia de los guatemaltecos, hizo que no le atacasen por retaguardia, para lo cual tenían el paso libre y podía quedar cortado enteramente en San Lorenzo.
No hay otra novedad.
Recibido á las 11 y 45 a. m.
en Chalchuapa después de tres horas de fuego nutridisimo de toda arma.—La gloria á los Generales Mora, Osorio y al Coronel Marcial, según los partes de este momento.—Zaldívar.