Diario Oficial de El Salvador/Tomo 18/Número 73

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República del Salvador en Centro-América.

Diario Oficial.


Tomo 18. Num. 73

San Salvador, Jueves 26 de Marzo de 1885


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Sección Oficial.

Tesorería General editar

Tesorería General.
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Estado de ingresos y erogaciones de la Tesorería general, correspondiente á Febrero de 1885 editar

ESTADO de ingresos y erogaciones de la Tesorería general, correspondiente á Febrero de 1885.
Ingresos.
Existencia del mes anterior, en deudas por cobrar:
En dinero 11,207 58
En billetes de la deuda nacional
12,500 00
$ 23,707 58
 
Resultas de cuentas
58 37
Remesas de la aduana de La-Libertad
38,072 73
Remesas de la aduana de La-Unión
7,511 44
Remesas de la aduana de Acajutla
11,446 16
Remesas de varias administraciones
11,678 37
Producto de papel sellado de oficio
1,615 30
Producto de papel de contratos
10 00
Ramo de aguardiente
9,966 64
Cablegramas
1,030 88
Ramo de alumbrado
559 24
Derechos de Registro
506 19
Multa y conmutaciones
417 87
Ingresos Eventuales
166 50
Exoneraciones del servicio militar
255 00
Depósitos
129,042 09
Préstamos voluntarios
6,000 00
Devoluciones
674 38
Suma
$ 242,772 74
Erogaciones.
Demostración:
 Ingresos
$ 242,772 74
 Erogaciones
219,065 16
 Existencia
23,707 58

 Según la anterior demostración resulta de existencia veintitres mil setecientos siete pesos cincuenta y ocho centavos, endeudadas por cobrar, de esta manera : once mil doscientos siete pesos cincuenta y ocho centavos, en dinero y doce mil quinientos en billetes de la deuda nacional.

 Tesorería general : San Salvador, Marzo 19 de 1885.
 Manuel Andrade.— Braulio Alfaro.
 Tribunal y Contaduría Mayor de Cuentas de la República del Salvador.

Vº BºB. Arce.
 

Tribunal mayor de Cuentas editar

Tribunal mayor de Cuentas.
——
BERNARDO ARCE, Contador mayor de Cuentas de la República.

 Certifico: que al folio 249 del libro manual de la Tesorería General se encuentra el fallo que dice:
 “Tribunal y Contaduría Mayor de Cuentas de la República. || San Salvador, Marzo primero de mil ochocientos ochenta y cinco. Exáminada y glosada escrupulosamente la cuenta de caudales de la Tesorería General que está á cargo de los señores, Tesorero don Manuel Andrade y Contador interventor don Braulio Alfaro, en el tiempo corrido del primero al veintiocho de Febrero próximo pasado, y no encontrando ningún reparo que deducirle, el Tribunal de CUentas, en nombre de la República del Salvador y usando de las facultades que le confiere el artículo 2,847 de la ley de Hacienda, falla: que los expresados funcionarios se hallan solventes con la Hacienda pública en lo respectivo á la época citada y á la referida cuenta de caudales; quedando á su cargo y bajo su responsabilidad los 1,351 documentos que comprueban dicha cuenta señalados con los números de 5,209 al 6,560. || B. Arce. || Calixto Ovieda. || Raimundo Díaz. || Ante mí, Sergui S. Castellanos, Srio”.
 Es copia.—Tribunal y Contaduría Mayor de Cuentas: San Salvador, Marzo 19 e 1885.—Bernardo Arce.

Sergio S. Castellanos, Srio.

No Oficial editar

No Oficial.

 En la tarde del 20 de este mes llegaron á Santa Ana las legaciones de Nicaragua y Costa-Rica.
 Como ya saben nuestros lectores la última está á cargo del señor don José Durán con el carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario; don Ezequiel Gutierrez es Secretario y Consejero de la Legación, y don Rafael Cañas viene en calidad de Agregado. página 414


414Diario Oficial.—Tomo. 18

 Nicaragua está representada por el señor Doctor don Buenaventura Selva como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, y le acompañan como primero y segundo Secretario, respectivamente, los señores don José Dolores Rodriguez y el Doctor don Luciano Gómez.
 Ambos Ministros fueron recibidos el 21 en audiencia privada por el señor Presidente de la República, acompañado del señor Ministro de Relaciones Exteriores, Doctor don Salvador Gallegos, y de algunos jefes del Ejército.
 Con tal ocasión se pronunciaron los siguientes discursos.

 El señor Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Costa-Rica, dijo: Excelentísimo señor Presidente.

 Tengo la honra de poner en vuestras manos la autógrafa, en que S. E. el Presidente de Costa-Rica se sirve acreditarme en el carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Vuecencia.
 En todo tiempo me habría sido grato representar á la patria de mis hijos en el país donde nací; pero ese honor me es doblemente lisonjero hoy, que amagada la autonomía de ambas Repúblicas, se trata de estrechar los vínculos amistosos que las ligan y de repeler de consuno la agresión que, bajo alucinadores pero fementidos pretextos, se pretende llevar á cabo contra ambas nacionalidades. Nada más fascinador para nosotros que la unión de Centro-América bajo una sola bandera; pero nada, al mismo tiempo, más repugnante que esa fusión verificada por medio de la fuerza: eso equivaldría á renunciar nuestros derechos de hombres; eso sería convertirnos en miserables esclavos. Así es que Costa-Rica no puede menos de aunar sus esfuerzos con los del Salvador y Nicaragua para rechazar con energía y eficacia la invasión injusta é incalificable con que las amenaza el Presidente de la desventurada Guatemala. Servíos sujerir los medios adecuados al efecto, y estad seguro, Excelentísimo Señor, de que en la medida de sus facultades encontraréis el más decidido apoyo por parte de Costa-Rica.-He concluido.

 El señor Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Nicaragua, dijo: Excelentísimo señor Presidente.

 Tengo el honor de presentaros la carta autógrafa que me acredita con el carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Gobierno de Nicaragua cerca del vuestro.
 El común peligro que amenaza á nuestras instituciones, á nuestra libertad é independencia, por parte del Gobernante de Guatemala, nos llama á tomar medidas eficaces para la común defensa. Estas medidas de ninguna manera pueden concertarse mejor, que acercándose los Gobiernos interesados, como ahora lo verifican, acreditando Nicaragua y Costa-Rica sus respectivas Legaciones cerca de V. E.
 La bandera de la Unión Nacional que ha enarbolado el Jefe Guatemalteco, no representa su verdadero pensamiento, el cual no es otro si no la conquista y absorción de las Repúblicas hermanas, como lo manifiestan documentos auténticos que ya son del dominio público. ¿Ni qué clase de Unión es esta que se nos pretende imponer, comenzando por anular las entidades que van á formarla, encendiendo al mismo tiempo la guerra fratricida, que no rinde otro fruto que la desolación y la ruina de los pueblos?
 Nicaragua, señor Presidente, no rechaza la Unión: al contrario siempre ha acariciado la esperanza de verla restablecida, habiendo hecho antes de ahora diversos esfuerzos y grandes sacrificios por conseguirla. Pero ha llegado al profundo convencimiento, de que este gran paso, destinado á obrar el bien, no puede ser factor en la obra del mal, y que, por consiguiente, tiene que ser el resultado de nuestro desarrollo político, de la paz de las cinco Repúblicas, y de su armoniosa y pacífica inteligenica; ùnicos medios de que produzca resultados estables, mediante á que, solo así podrán conciliarse y garantizarse los grandes intereses creados en la separación, y que el tiempo ha consagrado.
 La fuerza debe amparar el derecho, no destruirlo. La violencia solo puede producir odios y rencores, que traducen en desastrosas venganzas. La fuerza y la violencia, aplicadas para efectuar la Unión de Centro-América, apenas pueden conseguir el triste resultado de alejarla, y dificultarla más. La Unión tiene que ser obra de la libre voluntad de los Estados: defendiendo la autonomía de estos, conservamos los elementos que deben llegar á constituirla, y apresuramos el día feliz de su realización.
 En la próspera y en la adversa fortuna, el pueblo de Nicaragua ha manifestado su amistad por el simpático y valeroso pueblo salvadoreño. Unido con él ahora en presencia del mismo peligro, no vacilará en demostrar con hechos, cuanto le alienta el espíritu de fraternidad al aceptar la lucha por la buena causa.
 Tengo encargo especial de mi Gobierno de manifestaros los sentimientos de benevolencia que abriga hácia vuestra persona, y por el bienestar y felicidad del pueblo salvadoreño. Adhiriéndome por mi parte á estos sentimientos, procuraré corresponder á ellos, en el cumplimiento de mis deberes.

 El señor Presidente de la República contestó en estos términos:

 Señores Ministros :

 Profundamente agradecido estoy por las palabras de amistad y las protestas de unión estrecha que, por vuestro honroso medio, envían al Gobierno y pueblo del Salvador los gobiernos y pueblos de Nicaragua y Costa Rica.
 La República federal de Centro América debe reaparecer en dia no lejano; y de ello es testimonio elocuente esta facilidad con que sin tratados previos, los estados, hoy independientes, se unen para proveer á la común defensa y juntos guardar sus intereses y hacer triunfar sus derechos solidarios.
 La conquista con que nos han amenazado el Presidente y la Asamblea de Guatemala habría sido siempre rechazada por el Gobierno y pueblo del Salvador, esperando de la suerte de las armas la victoria ó siquiera el honor de una prolongada y heroica resistencia. Ahora, dada la actitud resuelta de las repúblicas hermanas que os han confiado sus representación ante mi gobierno, abrigo la confianza de que el resultado de la guerra será decididamente favorable á la causa de la libertad que defendemos, confianza que se robustece y afirma si se atiende al apoyo que nos prestan naciones amigas y poderosas.
 Celebro que los Gobiernos que os envían hayan confiado la misión delicada de establecer con mi gobierno las bases de una estrecha alianza, á personas de vuestros antecedentes, aptitudes y patriotismo. Siempre me hallareis dispuesto á hacerlos todo, á aceptarlo todo, hasta el sacrificio, por salvaro los derechos y la honra de las repúblicas de Centro América.

he dicho.
 

Bienvenida editar

Bienvenida.
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 Ayer llegaron á esta capital, y se hospedaron en el Gran Hotel, los señores Doctor don B. Selva, don J. D. Rodriguez, Doctor don Luciano Gómez y don Rafael Cañas, Jefe el primero y SEcretarios los dos siguientes de la Legación de Nicaragua y Agregado á la de Costa-Rica el último.
 El señor Doctor Selva es ya muy conocido en el Salvador, donde se le aprecia y considera no menos que en su país. Notable escritor y distinguido jurisconsulto, ocupaba, al ser nombrado Representante del Gobierno del Doctor Cárdenas, el elevado puesto de Presidente de la Corte Suprema de Occidente.
 El señor don J. Dolores Rodriguez, es un antiguo y hábil diplomático y uno de los mas constantes y decididos sostenedores de la idea de Unión centro-americana. Secretario del ilustre Máximo Jerez, le acompañó hasta sus últimos pensamientos de aquella gran inteligencia y recta voluntad, consagradas durante una larga y laboriosa vida á la realización del ideal de nuestra nacionalidad. El señor Rodriguez, acaba de ser Presidente de la Cámara de Diputados y era página 415


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Secretario de la Comandancia general, cuando el Doctor Cárdenas le llamó á ocupar la primera SEcretaría de la Legación nicaragüense en el Salvador. Su presencia entre nosotros significa algo mas que la cooperación de un privilegiado talento en la obra de la defensa nacional, pues prueba que los elementos historicamente encariñados con la idea de la Unión, están con nosotros y con todos frente al aviso profanador de dicha idea, por que son quizas los que mejor la entienden y los que mas han sufrido por ella.
 El señor Doctor don Luciano Gómez, ocupa, hace tiempo, un lugar distinguido en el cuerpo legislativo de Managua y goza en dicha capital, como Médico y Cirujano, de una reputación tan general como merecida.
 El señor don Rafael Cañas, es un joven de finos medales, á quien su discrección y el recuerdo de su ilustre padre, el benemérito General centro-americano del mismo apellido, grangearán pronto las simpatías de esta culta y hospitalaria sociedad.
 Reciban todos los citados caballeros nuestra cordial bienvenida, acompañada del deseo de que su permanencia en San Salvador les sea tan grata como la suya lo es para nosotros.


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