Diario Oficial de El Salvador/Tomo 18/Número 44
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Memoria de Relaciones Exteriores editar
Vengo á daros cuenta del curso que han tenido durante el año próximo pasado las relaciones que el Gobierno del Salvador cultiva con los demás países; y al someter á vuestro exámen todos los actos que han emanado de la Secretaría de mi cargo sobre este importante objeto, espero que reconocereis en ellos el espírituo de cortesanía y de fraternidad que ha guiado contantemente la política del Gobierno, y al cual se debe, en gran parte, la consideración de que goza nuestra República en el exterior, y la inteligencia y armonía que se mantienen con las demás naciones.
El Gobierno del Salvador se halla siempre animado de un sentimiento de sincera fraternidad respecto de las demás Repúblicas de la América Central, considerando como propios sus progresos y sus vicisitudes en virtud de la íntima solidaridad que á todos les liga. Agrégase á esta circunstancia la identidad de ideas y principios, y la uniformidad de las tendencias que dominan generalmente en sus Gobiernos particularmente los de Guatemala y Honduras con quienes estamos en contacto mas estrecho, para explicar perfectamente la solicitud especial con que se atiende á las cordiales relaciones de estos pueblos, y á cuanto algún modo puede favorecer el engrandecimiento y progreso de nuestra patria.
El Gobierno de Guatemala tuvo la feliz idea de celebrar el LXIIIº aniversario de la independencia con la inauguración oficial del Ferro-carril del Sur que une el Puerto de San José á la capital de la República; é imprimiendo á esa solemnidad el carácter de una verdadera fiesta nacional, invitó á los Jefes Supremos de las demás secciones para que asistieran á ella, ofreciendo así grata espansión al patriotismo que, en medio de los triunfos alcanzados en los campos del progreso, podria contemplar unidos y felices á los diversos miembros de la familia centro-americana, celebrando llenos de entusiasmo el aniversario glorioso de nuestra madre común.
Respecto del Salvador se correspondió debidamente á tan fraternal excitativa, y el Señor Presidente Dr. Don Rafael Zaldivar, lo mismo que los individuos de su comitiva, fueron objeto en tal ocasión de las demostraciones mas expresivas de consideración y aprecio de parte de su Excelencia el Señor General Don J. Rufino Barrios, Jefe Supremo de Guatemala, de los dignos miembros de su gabinete y de la sociedad en general.
Como tuve la honra de informaros en mi Memoria anterior, la cuestión de límites que desde hace tiempo ha mantenido en inquietud á los pueblos fronterizos de ambas Repúblicas, se convino en someterla á la descisión arbitral de un comisionado y agrimensor por cada parte, habiéndose autorizado como tales, á los señores General don Lisandro Letona y agrimensor don Máximo Brizuela, en nombre del Salvador, y á los señores Dr. don Francisco Cruz, y agrimensor don José Esteban Lazo, en el de la República de Honduras.
Pues bien, ambas comisiones, provistas de los documentos respectivos, y teniendo á la vista el Protocolo abierto desde en 1880, celebraron desde el 15 de Marzo último nuevas conferencias en Concepción de Oriente, Joateca, San Fernando, Colima, y San Miguel; practicaron algunas inspecciones y reconocimientos en los puntos cuestionados y finalmente concluyeron el dia diez de Abril una convención, determinando los límites jurisdiccionales de los pueblos fronterizos y la linea divisora de ambas Repúblicas.
En el artículo 23º de dicha convención se estipuló además que el Ingeniero nombrado por el Gobierno de Honduras, trazaría la línea topográfica de la frontera, especificando detalladamente y con toda exactitud los rumbos, distancias, &, que deben servir para fijar de una manera inequívoca los diversos puntos por donde pasa. Dicho ingeneiro ha concluido ya esta operación, hasta el río de Lempa, según se ha servido informar la Secretaría de Relaciones de Honduras, y os acompaño original el informe que ha dado de sus trabajos, lo mismo que los planos que ha levantado al hacer dicho trazo. Someto de una manera especial á vuestro superior conocimeinto el referido convenio junto con todos los documentos que se han tenido presentes para celebrarlo. El Gobierno de Honduras ha ofrecido igualmente presentar dicha convención á la próxima Legislatura y es de esperarse que animados como se hallan ambos Gobiernos de la mejor disposición para cortar de raiz las cuestiones de límites que no tienen razón de ser entre nosotros, sinó en cuanto afectan la tranquilidad y el orden público, cese muy pronto ese semillero de disputas que ha mantenido la división y la alarma en los pueblos colindantes de ambas Repúblicas.
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Establecida la mejor inteligencia y armonía con el Gobierno de aquella sección centro-americana, desde el advenimiento del señor General don Próspero Fernandez al mando supremo del país, el Gobierno del Salvador encontraba chocante y lamentable la falta de un Tratado entre ambas Repúblicas, que ligase estrechamente sus comunes intereses y pusiera en concierto sus fraternales relaciones, con las que se cultivan con los demás Gobiernos centro-americanos. Para satisfacer esta noble aspiración, el señor Presidente, aprovechando la cirucnstancia de hallarse el infrascrito acreditado ante el Gabinete de San José, como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, desde principios del año anterior, me confirió el honroso encargo de entablar oficialmente las gestiones iniciadas ya en privado, á fin de concluir una estipulación internacional que llenase aquellas patrióticas exigencias.
Mis trabajos fueron coronados del mejor éxito, debido sin duda en gran parte á la favorable dispisición que animaba al Gabinete de Costa Rica; y el dia 8 de Noviembre del año próximo pasado firmé con el señor Ministro de Relaciones Exteriores de aquella República, especialmente autorizado para el efecto, un Tratado General de paz, amistad, comercio y Extradición, informado en las mas avanzadas ideas, sobre esta clase de estipulaciones, y sin perder nunca de vista el principal objetivo que se tuvo presente al celebrarlo.
Someto ese documento á vuestra consideración especial, para que si lo teneis á bien se le conceda la ratificiación constitucional.