Dezidme pues sospirastes
- VILLANCICO
-Dezidme, pues sospirastes, cavallero, que gozéys, ¿quién es la que más queréys? -Lástima tan lastimera, ¿para qué la preguntáys, pues que sabéys que me days mayor mal porque más muera? Quien yo quiero que me quiera vos, señora, lo sabéys. Y más no me preguntéys. -En preguntaros, señor, yo no creo aver errado, que en veros apassionado huve de vos gran dolor. Si padecéys mal de amor, assí della vos gozéys, que vos no me lo neguéys. -¡O, señora, y qué lindeza la de quien me cativó, sino que se me tornó para mí toda en crueza! Es tanta su gentileza que vos mesma la amaréys y a mí no me culparéys. -No neguéys vuestra fatiga a quien os busca consuelo. Pues de vuestro mal me duelo sepa quién es vuestra amiga, que más parece enemiga éssa por quien padecéys, pues que vos no la vencéys. -Obedecer y serviros es lo que yo más desseo; que lo sepáys bien lo creo, mas mi mal quiero deziros: los tormentos y sospiros de la pena en que me veys, remediar vos los podéys. Fin -¿Remediar a vuestra pena si dezís penaros yo? Pues el amor os prendió, él quitará la cadena; sabed que ya soy agena, vos de mí más no curéys, que mal remedio tenéys.
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