Destino (Falco, 1954)
La tarde declinaba
buscando lentamente
los pliegues de la noche.
Las gentes pasaban presurosas.
Todo en el mundo cumplía su destino.
Sólo tú y yo quedamos en sus bordes.
Mas, miré a mi costado, te busqué,
y ya no estabas a mi lado.