Después, Amor, que me privó tu mano

​Después, Amor, que me privó tu mano​ de Hernando de Acuña


 Después, Amor, que me privó tu mano   
 de aquella vista en que vivía seguro,   
 es vuelto en escabroso estilo y duro   
 el mío, que antes era humilde y llano;   
 

 y en tal extremo, que si el más liviano  
 dolor que siento declarar procuro,   
 voy por áspera peña o alto muro   
 para haber de llegar al más cercano.   
 

 La lengua al pronunciar está turbada,   
 que en tantas tan dañosas ocasiones  
 cada cual se le ofrece por primera:   
 

 así sale la voz flaca y cansada,   
 y tan confusa de entre mil pasiones,   
 que de ninguna da razón entera.