Despierta, Elpín y guarda que el hambriento

Despierta, Elpín y guarda que el hambriento
de Juan Pablo Forner


 Despierta, Elpín; y guarda que el hambriento   
 lobo no sirve, no, tu grey de pasto:   
 tú roncas, y el zagal hace su gasto   
 devorando tus reses ciento a ciento.   
 

 De rotas pieles número cruento  
 luego te entrega el desalmado Ergasto;   
 y el daño apoca, aunque en ejido vasto   
 pace escaso ganado y macilento.   
 

 Despierta, Elpín: y en las calladas horas   
 cuando sin luna las estrellas lucen  
 observa, espía a tus zagales fieles.   
 

 Verás como desuellan con traidoras   
 manos tu grey, y pérfidos reducen   
 tu hacienda toda a ensangrentadas pieles.