Desordenado en desaliño airoso

Desordenado en desaliño airoso
de Juan Pablo Forner


Desordenado en desaliño airoso 
al bullicioso céfiro permite 
Nisa el cabello, porque no limite 
su nativo esplendor lazo industrioso. 

Velo sutil sobre su pecho hermoso
al gusto esconde lo que al gusto incite; 
ni tanto que el tesoro facilite, 
ni tanto que de él dude el ojo ansioso. 

Así en traje sucinto reclinada
en alcatifa generosa yace 
su gentileza y gala peregrina; 

así la halla Cendón y la taimada
del necio que su pompa satisface 
cobra el oro, y a Alexi lo destina.