Desaliento (Alarcón)

Desaliento
de Pedro Antonio de Alarcón


 Llorar es tu destino... Mas no llores.
 Alza la frente soberana al cielo,
 y no afanada busques en el suelo
 premio al amor, alivio a tus dolores.
 

 Acaso yo... Mas ¡ay! a tus clamores
 respondieran los gritos de mi duelo,
 y, sin prestar a tu dolor consuelo,
 marchitaría tus postreras flores.
 

 ¡Ay de los dos! Del mundo la inclemencia
 rompió de nuestras almas el encanto...
 Lloramos... y la ajena indiferencia
 

 mi risa provocó, secó tu llanto...
 Hoy nos acerca un sentimiento amigo,
 ¡y en hielo en otro hielo no halla amigo!