Del fiero Marte el canto numeroso
Del fiero Marte el canto numeroso y de la selva olvido, y verde prado la avena, porque vuelvo al fin cuitado, en gloria de quien turba mi reposo; de aquel cruel, que fuerte y poderoso, terror de hombres y dioses y cuidado, me forzó a tolerar el mal de grado, y en mi pasión me agrada estar lloroso. El silencio, el semblante descontento y el confuso gemido es muestra abierta de mi penoso y luengo desvarío. No me duele aunque inmenso, mi tormento; duéleme que mi pena, a todos cierta, no conozca quien causa el error mío.