Decretos sobre la bandera de la Generalísima (1835)
Real Decreto sobre la Bendición de la Bandera Generalísima
Queriendo dar a mi valiente Ejército un nuevo testimonio que inmortalice su valor, acrisolada lealtad e inimitable decisión a favor de mis indisputables derechos al trono de mis augustos progenitores, y siendo el más noble, de más poderoso y suficiente influjo, un Estandarte que, tremolado en los campos de sus victorias, señale éstas doquiera que se encuentre, transmitiéndoles a la posteridad más remota, he resuelto que en el día de mañana, y a la hora de las ocho de ella, se celebre la bendición de él en la iglesia parroquial de San Juan, llevando por lema la divina imagen de la Virgen de los Dolores, generalísima de tantos fieles defensores de su fe, entregándose para su custodia al bravo Regimiento de Lanceros de Navarra, que, rivalizando en intrepidez y férvido entusiasmo con los demás cuerpos de mi ejército, se ha hecho acreedor a esta distinción.
Dado en el Real Palacio de Estella, a primero de agosto de 1835.- Rubricado de la Real mano.- A Don Luis de Villemur.
Real Decreto sobre la Bandera de la Generalísima
Declarada por mí Generalísima de mis tropas la Santísima Virgen de los Dolores, no he podido menos, movido de mi veneración y religiosa piedad, de distinguir con el título de generalísimo al Real Estandarte que lleva por lema aquella divina imagen, y por lo tanto he venido en resolver, como resuelvo y mando, que esta augusta y real insignia no se rinda a persona alguna, ni aun a la mía, ni haga más honores ni saludo que al Santísimo Sacramento.
Tendréislo entendido y dispondréis lo conveniente a su cumplimiento.
Real de Estella, 2 de agosto de 1835.- Yo, el Rey.- Al Conde de Villemur.