Decreto sobre el Escudo Nacional (1932)

A todos es conocido que durante mi mando en Cataluña, en 1873, hice entronizar el Sagrado Corazón de Jesús en la bandera de mis zuavos, colocando este divino emblema sobre las armas del Santo Padre y las de España, y que consagré el Ejército a mí confiado a este divino Corazón.

Fiel a la devoción de toda mi vida, y en justo anhelo de que sea hermosa realidad su reinado de paz y de amor sobre nuestra querida Patria, sus instituciones y sus leyes.

Yo, de mi libre voluntad, en este día en que la Iglesia celebra la fiesta del Deífico Corazón, prometo solemnemente que si la Divina Providencia dispone que sea yo llamado a regir los destinos de España, será entronizado el Sagrado Corazón de Jesús en el escudo nacional, siendo colocado sobre las flores de lis de la Casa de Anjou y entre los cuarteles de Castilla y de León, bajo la Corona Real.

Seguro de interpretar los sentimientos religiosos del pueblo español hago esta declaración, que firmo hoy, en mi destierro, a 3 de junio de 1932.

ALFONSO CARLOS