De una dama que, quitándose una sortija, se picó con un alfiler

​De una dama que, quitándose una sortija, se picó con un alfiler​ de Luis de Góngora y Argote

Prisión del nácar era articulado 
de mi firmeza un émulo luciente, 
un dïamante, ingenïosamente 
en oro también él aprisionado. 

Clori, pues que a su dedo apremïado 
de metal, aun precioso, no consiente, 
gallarda un día, sobre impacïente, 
lo redimió del vínculo dorado. 

Mas ¡ay!, que insidïoso latón breve 
en los cristales de su bella mano 
sacrílego divina sangre bebe: 

púrpura ilustró menos indïano 
marfil, invidïosa sobre nieve 
claveles deshojó la Aurora en vano.