De tejas arriba: 05

V
Desenlace

Ocho días eran pasados, y el alguacil, en virtud de providencia de su merced el señor alcalde del barrio había hecho desocupar toda la casa y colocado a la vieja en una buena reclusión; el tendero había cerrado su almacén y caminaba, con su hija hacia las montañas de Santander; las niñas de la viuda, por disposición de ésta, trabajaban entre vidrieras bajo la dirección de Madama Tul Bobiné; el zapatero había apaleado a su mujer y estaba en la cárcel; y ésta se había colocado bajo la protección del químico; finalmente, la valencianita alquilaba un cuarto entresuelo calle de los jardines, y al tiempo de extender el recibo daba por fiador... al alguacil.

(Enero de 1838.)