De mi blanca sirena la luz pura
De mi blanca sirena la luz pura de tierna y bella nieve se vestía, y entre aquel frío dulce Amor traía llamas en que mi alma ardiendo apura: Al son suave, lleno de dulzura, mi preso corazón con gloria mía deja el cuerpo, y las alas, de alegría, a perderse en sus ojos se apresura, cuando el hielo se rompe y encendido reluce, y el color de ardiente rosa y el precio afina en su beldad serena; y yo, con tanto bien enriquecido, me renuevo con vida gloriosa en la inmensa virtud de mi sirena.