Escena XII

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VISITACIÓN, CARLOS, DON ANSELMO, DON NICOMEDES, DON PRUDENCIO, ADELINA Y PAQUITA, por el fondo.


PAQUITA.-¡Anselmo!... ¡Anselmo!... ¡Ven!... ¡Pronto!...

ANSELMO.-¿Qué es eso?... ¿Qué ocurre?... ¡Estás inmutada!...

PAQUITA.-¿Yo?... ¡Qué idea!... Vine de prisa..., casi corriendo... Por eso... (Procurando sonreír.)

ANSELMO.-Pero ¿qué hay?

PAQUITA.-Una visita.

ANSELMO.-¿Quién?

PAQUITA.-Víctor.

ANSELMO.-¡Ya! Sal tú y entretenle.

PAQUITA.-Yo sola..., no; ven tú también. (Con ansia mal contenida.)

ANSELMO.-No puede ser; nosotros estamos muy ocupados con una boda.

PAQUITA.-¿Con una boda?

ANSELMO.-Sí; observa. (Señalando a ADELINA y CARLOS.)

PAQUITA.-¡Adelina, Carlos!... ¡Ah, qué felicidad!... ¿Y vivirán con nosotros?... ¡Siempre a mi lado!... ¡Adelina, abrázame!... ¡Serás mi hermana, mi hija!...

ADELINA.-¡Sí, Paquita!

ANSELMO.-¡Qué buena es! ¡La quiero tanto (Refiriéndose a PAQUITA.) como a ese pícaro!

VISITACIÓN.-¡Ya lo creo que es buena! ¡Como que es de buena raza!

CARLOS.-¡Padre, nuestra vida, una existencia entera..., hasta la última gota de mi sangre..., hasta el último latido de mi corazón..., todo tuyo!... ¿Verdad, Adelina?

ADELINA.-¡Sí, padre!... ¡Permítame usted darle este nombre!... ¡Los dos mirándonos en usted!

PAQUITA.-¡Los dos!... ¡No seáis egoístas!... ¡Los tres! (CARLOS, ADELINA y PAQUITA rodean a DON ANSELMO.)

ANSELMO.-¡Los tres!... No son bastantes... ¡Necesito alguno más!

CARLOS.-¡Ay padre del alma!

ANSELMO.-¡Ah tunante!

VISITACIÓN.-¡Pues ya está hecho!

PRUDENCIO.-¡Al porvenir!

CARLOS.-¡Ay padre mío, cuánta felicidad te debo! ¡Y cuánto cariño! ¡Y cuánta gratitud!


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