De aquella vista buena y excelente
VIII
De aquella vista pura y excelente
salen espirtus vivos y encendidos,
y siendo por mis ojos recebidos,
me pasan hasta donde el mal se siente.
Encuéntranse en camino fácilmente,
con los míos, que de tal calor movidos,
salen fuera de mí como perdidos,
llamados de aquel bien que está presente.
Ausente, en la memoria la imagino;
mis espirtus, pensando que la vían,
se mueven y se encienden sin medida.
Mas no hallando fácil el camino,
que los suyos entrando derretían,
revientan por salir do no hay salida.