De Cíparis dejado el afligido
De Cíparis dejado el afligido Batilo yace en la desierta arena, al cielo acusa y al amor condena de sí olvidado y del dolor vencido. Del triste caso a compasión movido el viejo Tormes la corriente enfrena, pero la esquiva ninfa aun huye ajena a la piedad el pecho empedernido. De helado mármol y templado acero al encendido dardo un cerco priva que abra al amor, por la piedad, entrada. ¡Ay mísero zagal!, rigor tan fiero te va acabando y tu beldad esquiva, viendo su fin, aún se complace airada.