Días y noches: VI
A la memoria de Diego Larriera.
Así te quiero yo, mi camarada,
Navegando en el aire de la tierra.
Triste para morir;
muriendo triste, alegremente.
Que sepan los demás
qué alegre miedo,
qué temblor sin sollozos,
te acompañó para morir los días.
Y que muriendo,
tú viviste alegremente.
Triste, alegremente.