Días y noches: V
A Luis A. Larriera.
Volví a mi casa
bajo la niebla de la tarde triste.
Pasé por calles
junto a muros viejos.
Nadie lo vio
y mi corazón lloraba.
Mi corazón a veces se desviste.
Hermano,
bajo la niebla de la tarde triste,
desnuda vuestra alma;
que el corazón es viejo y sabio.
Y el corazón existe.