Culpóme por agravios
Culpóme por agravios
(Por querer ser Abeja de sus labios):
Anarda esquiva, y luego
Hurtándole un clavel mi dulce fuego,
Le dije: Dueño hermoso,
Aunque no quieras tú, seré dichoso,
Besando del clavel porción tan poca,
Pues si beso el clavel, beso tu boca.
Esta poesía forma parte del libro Música de el Parnaso (1705)