Cuando la alegre y dulce primavera
Cuando la alegre y dulce primavera a partir sus riquezas comenzaba, y de los verdes campos desterraba aquella estéril sequedad primera, un pastor triste y solo en la ribera de Tesín gravemente suspiraba, y vi que en un alto olmo que allí estaba con un hierro escribió de esta manera: «Si, de amor libre, por aquí pasare acaso algún pastor, cualquier que fuere, huya de esta ribera y de este llano, que, cuanto más sin pena se hallare, si a Silvia la cruel pastora viere, por ella morirá como Silvano».