Cuán bien, oscura noche, al dolor mío
Cuán bien, oscura noche, al dolor mío conformas, y resuenas a mi llanto, murmurando con sordo y triste canto entre estas duras peñas, alto río. Óigame este desnudo cielo frío si tanto con mis quejas me levanto; mas, pues no espero bien en daño tanto, vana es la queja y mal en que porfío. Rompa del corazón más tierna parte mi gran pesar, acábese encubierto, y a tal agravio falte la memoria; que no es justo que en esta u otra parte se diga que perdí, sin culpa muerto, las debidas promesas de mi gloria.