Cuál nunca osó mortal tan alto el vuelo

Cuál nunca osó mortal tan alto el vuelo
de Francisco de Aldana


¿Cuál nunca osó mortal tan alto el vuelo
subir, o quién venció más su destino,
mi clara y nueva luz, mi sol divino,
que das y aumentas nuevo rayo al cielo,


cuanto el que pudo en este bajo suelo,
(¡oh estrella amiga, oh hado peregrino!)
los ojos contemplar que de contino
engendran paz, quietud, guerra y recelo?


Bien lo sé yo, que Amor, viéndome puesto
do no sube a mirar con mucha parte
olmo, pino, ciprés, ni helado monte,


de sus ligeras alas diome presto
dos plumas y me dijo. «Amigo, ¡guarte
del mal suceso de Ícaro o Fetonte!»