Criolla (Ghiraldo)

Criolla (1910)
de Alberto Ghiraldo
Publicado en El Monitor de la Educación Común Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación, 1910.
Año 29, N° 449, pp. 395-397.

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

Criolla



No sé qué de misterioso
Tienen sus ojos bravíos,
Profundidades de foso
Y claridades de ríos.



Lanza canciones de amor
Al compás de su guitarra
Y entonces cruza un dolor
Sobre su frente bizarra.



En su cabello trenzado
Lucen rosas encarnadas,
Como en altar enlutado
Banderas ensangrentadas.



Hay virtud y maleficio
Dentro de su corazón:
¡Es capaz del sacrificio
Y es capaz de la traición!



Aparenta á veces calma.
Es pérfida esa molicie:
¡Buzo que quiso ir á su alma
No volvió á la superficie!



Tiene la gracia y la ira;
Es esquiva y zalamera;
Se alza sobre una mentira
Como sobre una cimera.



Nadie la pilla en un yerro
Y el que en sus redes cayó
Con eslabones de hierro
A su destino amarró.



Cae de rodillas, postrada
Ante una imagen de cera.
¡Y está su sangre incendiada
De la pasión en la hoguera!



Crée... y no crée. ¡Ni ella lo sabe!
Reza y reza con fervor:
¡Dentro de su rezo cabe
El infierno y el amor!



Tiene un dios á su manera
Y ella con su dios se entiende...
Dios hace lo que ella quiera
Y por eso á Dios defiende....



Se ha de hacer su voluntad
O el mundo se viene abajo.
La cuerda de su bondad
La suele cortar de un tajo!



No hay más ley que su capricho
Y el que no acate esa ley
«Para siempre en entredicho
Ha quedado con el rey»...



Su pesar es su contento,
Vive siempre en plena vida
Y así, según sople el viento,
Ella es santa ó es bandida.



Sabe amar, sabe sufrir,
Tiene el culto del amor
Porque para ella vivir
Es cultivar una flor.



Pero una flor con espinas
Que hiere á la jardinera
Y á las manos peregrinas
Que fueron hasta su vera.



¡Vivir en paz no es vivir!
Vive en guerra por amar
Y es su placer seducir
Por el placer de engañar.



Lo trágico á lo travieso
Mezcla en su sangre adorada.
¡Y así tan pronto da un beso
Como da una puñalada!



Todo lo mira á su modo
Su pícara faz morena
¡Y por ser capaz de todo
Hasta es capaz de ser buena!



Si la consienten rechaza,
Llora y ruge á un tiempo mismo,
A quienes quiere amenaza
¡Que ella es luz y ella es abismo!

Alberto Ghiraldo
Buenos Aires, Mayo de 1910.