Correo de Comercio: 14 de abril de 1810/3

Correo de Comercio

Número 7

Del Sábado 14 de abril de 1810

EDUCACIÓN

Habiendo hecho muy recomendable la conducta del Presbytero D. Manuel Antonio Fernandez, Vice-Parroco de Soriano en la Capilla de Mercedes, sita en la Banda Meridional del Río Negro, en promover el establecimiento de una escuela de primeras letras, y no menos la generosa dedicación de D. Julián Rosa de Espinola, vecino de dicho pueblo, á enseñar á aquellos niños, los presentamos al público como modelos, tanto mas acreedores de imitación, quanto que en uno y otro no ha habido otros estímulos que el de ver una población de doscientos vecinos falta de un recurso tan necesario, y cuyos niños carecían de tan importante auxilio.

El predicho Espinola ha establecido la escuela en su propia casa, y se ha constituido á enseñar, recibiendo una moderada pension por los hijos de los pudientes y gratis á los pobres, y cuenta hoy quarenta y cinco niños que asisten á sus benéficas lecciones.

Seria de desear que á este establecimiento se le diese toda la consistencia de que es susceptible para que el expresado Espinola no tubiera otra dedicación con objeto de mantenerse, ó que en su defecto haya quien ocupe un cargo tan interesante.

Al efecto creemos que seria oportuno que el Cabildo de la Villa de Soriano, de quien depende aquel pueblo, pusiese su conato en este objeto, y señalase para parte del sosten de la escuela los arbitrios que recoge del remate de carnes para el mismo, y de los permisos que dá para que se trabaje el carbón en las Islas del Rio Negro, desde el arroyo de las Maulas hasta el predicho pueblo; mientras junta un fondo cuyos intereses sufragen 200 ps. para sueldo del Maestro y con que ademas pueda edificar una casa al propósito.

Nos parece también que seria utilísimo, que nuestro Superior Gobierno nombrase á uno de aquellos vecinos por Juez conservador de la escuela, a la qual se le deberían dar constituciones por donde gobernarse, y que asi esta como todas las demás del Vireynato se pusiese baxo la inspección de un Señor Ministro de las Reales Audiencias de Charcas y esta Capital, entendiéndoselos Jueces conservadores de las escuelas de las respectivas jurisdicciones de esos Tribunales con el Señor Ministro á quien correspondiese.

Los dichos Señores Ministros habrían de dar parte á S. E. todos los meses del estado de las escuelas; proponiendo medios adecuados para propagarlas, y para que surtiesen los efectos deseados de la instrucción uniforme y general á que se aspira para que se formen ciudadanos honrados y útiles al Estado.

Mucho conviene para la felicidad publica poner la atención en los hombres por formarse, y no puede haber un cargo de mayor honor que cuidar de los planteles de los hombres morales; tales son las escuelas primeras de donde saca el ciudadano los primeros gérmenes que desenrrollados en la edad madura, producen la bondad ó malignidad, y hacen la felicidad ó infelicidad de la causa común.


Buenos Ayres : En la Imprenta de los Niños Expósitos.


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