Contra el amor
Huye, Climene, deja los encantos del amor, que no son sino dolores; es una oculta sierpe entre las flores cuyos silbos parecen dulces cantos: es un néctar que quema y da quebrantos, es Vesubio que esconde sus ardores, es delicia mezclada con rigores es jardín que se riega con los llantos: Es del entendimiento laberinto de entrada fácil y salida estrecha, donde el más racional pierde su instinto: Jamás mira su llama satisfecha, y en fingiendo que está su ardor extinto, es cuando más estrago hace su flecha.