Contiene una elegante enseñanza

​Contiene una elegante enseñanza de que todo lo criado tiene su muerte de la enfermedad del tiempo​ de Francisco de Quevedo


Falleció César, fortunado y fuerte;
ignoran la piedad y el escarmiento
señas de su glorioso monumento:
porque también para el sepulcro hay muerte.


Muere la vida, y de la misma suerte
muere el entierro rico y opulento;
la hora, con oculto movimiento,
aun calla el grito que la fama vierte.


Devanan sol y luna, noche y día,
del mundo la robusta vida, y lloras
las advertencias que la edad te envía!


Risueña enfermedad son las auroras;
lima de la salud es su alegría:
Licas, sepultureros son las horas.