Consuelo (Althaus)
Enmudece, fatal Filosofía,
que osas demente proclamar que cesa
con el cuerpo en el seno de la huesa
la vida del que vida le infundía.
Mas ven, y temple la congoja mía,
religión santa, tu feliz promesa
que, del sepulcro tras la noche espesa,
la luz nos muestra del eterno día.
Ven a brindarme el único consuelo
que a mi presente desventura cuadre:
alza mi mente y mi esperanza al cielo:
y abriendo a un hijo la inmortal morada,
muéstrale en ella a su perdida madre
en un ángel de luz transfigurada.
Esta poesía forma parte del libro Obras poéticas (1872)