Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Consejo de mujer.

Un tendero pesaba y media mal, dando de me

nos en cuanto vendía, y acusándole demasiado su conciencia, comunicó con su mujer el remedio que se podria poner.

— El remedio será, dijo ella, que en adelante nos hagamos tejedores de lana, y así como en las cosas de tienda dábamos de menos, así en el peso de la lana daremos de más á las hilanderas, para que nos salga el hilado barato.

— Doblado engaño es ese, contestó el marido.