Congreso
CONGRESO
Por las ventanas
abiertas
el mar florece
su campo de nomeolvides.
Y verdea,
el árbol,
su placidez vertical,
perfumosa.
En semicírculo,
bajo el pesado
techo que hombres hicieron,
otros hombres,
los ojos velados
de gruesos vidrios,
entretejen pesadas palabras.
—El adolescente...
—E| adolescente...
—El adolescente...
La incógnita
danza de banco en banco.
revolotea de boca en boca.
duerme de cerebro en cerebro.
Pero del bosque
de gruesos vidrios
parten, silbantes,
sentencias
que se clavan
con opaco ruido
en las paredes
de ladrillo.
Afuera el mar,
en su nivel,
ondula.
El árbol,
sabio,
crece...