Conde Lucanor:Ejemplo 40
Exemplo XLº - De las razones porque perdió el alma un siniscal de Carcassona
editarFablava otra ves el conde Lucanor con Patronio, et díxole:
-Patronio, porque yo sé que la muerte non se puede escusar, querría fazer en guisa que depués de mi muerte, que dexasse alguna cosa señalada que fincasse por mi alma et que fincasse para siempre, porque todos sopiessen que yo feziera aquella obra. Et ruégovos que me consejedes en qué manera lo podría fazer mejor.
-Señor conde -dixo Patronio-, comoquier que el vien fazer en cualquier guisa o por cualquier entención que se faga sienpre el bien fazer es bien, pero para que vós sopiésedes cómo se deve fazer lo que omne faze por su alma et a cuál entención, plazerme ía mucho que sopiéssedes lo que contesçió a un senescal de Carcaxona.
El conde le preguntó cómo fuera aquello.
-Señor conde -dixo Patronio-, un senescal de Carcassona adolesçió. Et desque entendió que non podía escapar, envió por el prior de los fraires predicadores et por el guardián de los fraires menores, et ordenó con ellos fazienda de su alma. Et mandó que luego que él fuese muerto, que ellos cumpliesen todo aquello que él mandava.
Et ellos fiziéronlo assí. Et él avía mandado mucho por su alma. Et porque fue tan bien complido et tan aína, estavan los fraires muy pagados et en muy buena entención et buena esperança de la su salvación.
Acaesçió que dende a pocos días, que fue una muger demoniada en la villa, et dizía muchas cosas marabillosas, porque el diablo, que fablava en ella, sabía todas las cosas fechas et aun las dichas.
Cuando los fraires en que dexara el senescal fecho de su alma sopieron las cosas que aquella muger dizía, tovieron que era bien de irla ver, por preguntarle si sabía alguna cosa del alma del senescal; et fiziéronlo. Et luego que entraron por la casa do estava la muger demoniada, ante que ellos le preguntassen ninguna cosa, díxoles ella que bien sabía por qué vinían, et que sopiessen que aquella alma porque ellos querían preguntar, que muy poco avía que se partiera della et la dexara en el Infierno.
Cuando los fraires esto oyeron, dixiéronle que mintía; ca çierto era que él fuera muy bien confessado et reçibiera los sacramentos de Sancta Eglesia, et pues la fe de los christianos era verdadera, que non podía seer que fuesse verdat lo que ella dizía.
Et ella díxoles que sin dubda la fe et la ley de los christianos toda era verdadera, et si él muriera et fiziera lo que deve fazer el que es verdadero christiano, que salva fuera la su alma; mas él non fizo como verdadero nin buen christiano, ca como quier que mucho mandó fazer por su alma, non lo fizo como devía nin ovo buena entençión, ca él mandó complir aquello después que fuesse muerto, et su entención era que si muriesse, que lo cumpliessen; mas si visquiesse, que non fiziessen nada dello; et mandólo complir después que muriesse, cuando non lo podía tener nin levar consigo; et otrosí, dexávalo porque fincasse de’l fama para sienpre de lo que fiziera, porque oviesse fama de las gentes et del mundo. Et por ende, como quier que él fizo buena obra, non la fizo bien, ca Dios non galardona solamente las buenas obras, mas galardona las que se fazen bien. Et este bien fazer es en la entençión, et porque la entención del senescal non fue buena, ca fue cuando non devía seer fecha, por ende non ovo della buen galardón.
Et vós, señor conde, pues me pedides consejo, dígovos que al mio grado, que el bien que quisiéredes fazer, que lo fagades en vuestra vida. Et para que ayades dello buen galardón, conviene que, lo primero, que desfagades los tuertos que avedes fecho: ca poco valdría robar el carnero et dar los pies por amor de Dios. Et a vos poco vos valdría tener mucho robado et furtado a tuerto, et fazer limosnas de lo ageno. Et más, para que la limosna sea buena, conviene que aya en ella estas çinco cosas: la una, que se faga de lo que omne oviere de buena parte; la otra, que la faga estando en verdadera penitençia; la otra, que sea tanta, que sienta omne alguna mengua por lo que da, et que sea cosa de que se duela omne; la otra, que la faga en su vida; la otra, que la faga omne simplemente por Dios et non por vana gloria nin por ufana del mundo. Et, señor, faziéndose estas çinco cosas, serían todas las buenas obras et limosnas bien complidas, et avría omne de todas muy grand galardón; pero vós nin otro ninguno que tan complidamente non las pudiesse fazer, non deve por esso dexar de fazer buenas obras, teniendo que pues non las faze en las çinco maneras que son dichas, que non le tiene pro de las fazer; ca ésta sería muy mala razón et sería como desesperamiento; ca çierto es que en cualquier manera que omne faga bien, que sienpre es bien; ca las buenas obras prestan al omne a salir de pecado et venir a penitençia et a la salut del cuerpo, et a que sea rico et onrado, et que aya buena fama de las gentes, et para todos los vienes temporales. Et assí, todo bien que omne faga a cualquier entención sienpre es bueno, mas sería muy mejor para salvamiento et aprovechamiento del alma guardando las cinco cosas dichas.
El conde tovo que era verdat lo que Patronio le dizía et puso en su coraçón de lo fazer assí, et rogó a Dios quel’ guisse que lo pueda fazer en la manera que Patronio le dizía.
Et entendiendo don Johan que este enxiemplo era muy bueno, fízolo escrivir en este libro et fizo estos viessos que dizen assí:
Faz bien et a buena entençión en tu vida,
si quieres acabar la gloria conplida.
Et la istoria deste enxiemplo es ésta que se sigue: